Una desventaja competitiva de mil millones

Fernando Soto DIRECTOR GENERAL DE LA ASOCIACIÓN DE EMPRESAS DE GRAN CONSUMO DE ENERGÍA

ECONOMÍA

MARCOS MIGUEZ

01 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La industria electrointensiva confía en que el 2021 sea el año de su recuperación. Sin embargo, la reactivación sigue amenazada por el fuerte incremento de los precios eléctricos, debido al gas natural y a la especulación del CO2, y el diferencial con sus competidores.

La estimación del precio eléctrico para este año es de 76 euros el megavatio hora, más del doble que el francés, lo que supone un sobrecoste en el consumo eléctrico de nuestras empresas con respecto a sus competidores de más de 1.000 millones, una situación que está mermando la disponibilidad de ingresos del sector para afrontar con garantías el reto de la descarbonización, con el que están firmemente comprometidos.

Para hacer posible esa deseada descarbonización es preciso que se arbitren soluciones a corto plazo para evitar el actual desmadre de precios, como se hizo a finales del 2018, por ejemplo, eliminando la fiscalidad del 7 % a la producción de electricidad. Además, se debe solventar la anomalía del CO2, que solo emite el 20 % de la generación eléctrica, para que deje de comprometer el precio eléctrico, que está aumentando de forma desproporcionada los ingresos extraordinarios de otras tecnologías que no pagan esos derechos de emisión. Su impacto no es igual con un CO2 a 5 euros que a 50 la tonelada.

Con un estatuto de electrointensivos de mínimos se hace prioritario completar su desarrollo con nuevas medidas que posibiliten un precio eléctrico, competitivo, estable y predecible. Es urgente dar certidumbre a la compensación máxima del CO2 indirecto y hacerlo ya, una vez aprobada la Ley de Cambio Climático, y completar el estatuto con las medidas pendientes que disfrutan nuestros competidores: exención del 80 % de los peajes de transporte eléctrico y compensación de los cargos de financiación de renovables, incluidos los satisfechos vía fiscal. Finalmente, sería deseable que la industria dispusiera de subastas de energías renovables, parar firmar PPA a precios competitivos, y que el sistema contara con el mecanismo de reserva estratégica, la alternativa a la interrumpibilidad.