Calviño vuelve a cargar contra los sueldos de la banca, pese a las dificultades para limitarlos

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

EDUARDO SANZ-EUROPA PRESS

Pide ligarlos al estado laboral de las entidades, inmersas en ERE

17 may 2021 . Actualizado a las 19:44 h.

El debate entre lo legal y lo ético —en lo que respecta a los elevados salarios de los grandes banqueros— se recrudece. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, volvió este lunes a ser el Pepito Grillo de un sector que, pese a estar inmerso en una oleada de ajustes de empleo desconocida desde la última crisis, y en medio de una transformación del modelo de negocio —obligada por la digitalización y por una preocupante falta de rentabilidad, a la que contribuye el persistente entorno de tipos ultrabajos—, se resiste a moderar los sueldos de sus principales directivos.

El Ejecutivo se lo afea desde hace varias semanas. Concretamente desde que buques insignia del sistema financiero patrio —la nueva CaixaBank y BBVA anunciaran expedientes de regulación de empleo (ERE) para miles de trabajadores: casi 8.000 en el caso de la primera y prácticamente 3.500 en la segunda.

De «inaceptables» tachó entonces Calviño las retribuciones y los bonus de los primeros espadas de dichas entidades, señalando que dicha «preocupación» ya la habían trasladado al Banco de España para que «la encauzase». Si a finales de abril la vicepresidenta sostenía que los salarios de los grandes banqueros no se corresponden «en absoluto» con la situación económica del país», especialmente en el caso de entidades que están recortando plantilla y red de oficinas, este lunes volvía a la carga intensificando sus críticas.

Durante su intervención en el Foro SER Navarra, Calviño afirmó que la remuneración de estos altos directivos no tiene que depender solo de «variables financieras, sino de la evolución de la situación de los trabajadores, de la calidad del servicio que se presta a los clientes y de la contribución que hace a la sociedad». «Llevo tres años diciéndolo con mayor o menor proyección pública. Espero que este mensaje haya sido recibido», señaló, para añadir al hilo de los efectos que la crisis —no solo económica por el coronavirus, sino del modelo de negocio bancario— está teniendo en el empleo del sector, que ve «una actitud más positiva en la negociación de los ERE». No en vano los mensajes del Ejecutivo, especialmente su discurso y el de su homóloga de Trabajo, Yolanda Díaz, han sido especialmente beligerantes sobre lo poco conveniente que es en este momento iniciar una sangría de empleos en banca.

Competencia del BCE

Pero, volviendo al debate sobre los salarios, más allá de que el Gobierno les saque públicamente los colores a los banqueros y haga llamamientos al Banco de España para que se los moderen, ¿es posible limitárselos? ¿Podría hacerlo el Ejecutivo? «Esa capacidad no la tiene nadie, excepto el Banco Central Europeo (BCE)», apunta el economista Javier Santacruz, que recuerda que desde el 2013 es quien tiene esas competencias. Además, el BCE no entra en la parte fija del sueldo y solo pone reparos a la variable.

Una «cortina de humo»

«En realidad, en la polémica sobre los salarios hay más discurso fácil que realidad», porque el impacto de las retribuciones sobre el total de los costes operativos de las entidades financieras es bastante reducido», dice el experto, para añadir que «Calviño y el resto de los políticos que se pronuncian sobre ese tema está corriendo una cortina de humo sobre el debate de fondo», que es doble: por un lado, el grave problema de modelo de negocio que tiene la banca Y, por otro, el caso particular de la fusión de CaixaBank y Bankia: el ajuste que no hizo Bankia en nueve años hay que hacerlo ahora en seis meses».

Cabe recordar que hasta el momento solo el Gobierno de Mariano Rajoy, en el 2012, siendo ministro de Economía el actual vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, limitó a 500.000 euros el sueldo máximo de los banqueros de las entidades financieras que habían recibido ayudas públicas, un tope que, por ejemplo, afectó a José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia entonces y ahora de la fusionada CaixaBank.

De Guindos recordó dicha limitación hace unos días en el foro de EY Insights, subrayando que los bancos son entidades privadas y que el BCE solo puede poner coto a la parte variable de las remuneraciones en el caso de bancos con riesgos de solvencia o problemas de gobierno corporativo. Insistió en que los sueldos de los altos ejecutivos deben pasar los filtros correspondientes en las entidades financieras y acabar siendo aprobados por los accionistas en la junta general.

Los accionistas deciden

Así las cosas, pese a la polvareda levantada por las críticas de Calviño, los consejeros delegados aprovecharon la ronda de presentación de resultados para recordar que el año pasado, debido al impacto de la crisis provocada por la pandemia, renunciaron a sus bonus. También subrayaron que sus sueldos son de los más regulados de Europa y que, en última instancia, los aprueban los accionistas.

Y eso fue lo que hicieron el pasado viernes en Valencia los de CaixaBank, dando luz verde a las retribuciones de la cúpula. El Estado, que tiene el 16 % del capital a través del FROB, votó en contra, en coherencia con su discurso público. En el caso de Goirigolzarri, su paso de la presidencia de Bankia a la de CaixBank le supone más que triplicar su retribución.