De Guindos recordó dicha limitación hace unos días en el foro de EY Insights, subrayando que los bancos son entidades privadas y que el BCE solo puede poner coto a la parte variable de las remuneraciones en el caso de bancos con riesgos de solvencia o problemas de gobierno corporativo. Insistió en que los sueldos de los altos ejecutivos deben pasar los filtros correspondientes en las entidades financieras y acabar siendo aprobados por los accionistas en la junta general.
Los accionistas deciden
Así las cosas, pese a la polvareda levantada por las críticas de Calviño, los consejeros delegados aprovecharon la ronda de presentación de resultados para recordar que el año pasado, debido al impacto de la crisis provocada por la pandemia, renunciaron a sus bonus. También subrayaron que sus sueldos son de los más regulados de Europa y que, en última instancia, los aprueban los accionistas.