No obstante, el economista jefe del BCE ha señalado que el nivel de deuda soberana no representa una fuente de preocupación y los inversores no están exigiendo primas de riesgo más altas, aunque ha recordado que los gobiernos necesitarán sanear sus cuentas una vez que la recuperación se haya consolidado firmemente.
De este modo, el irlandés ha advertido de que el principal riesgo financiero tiene que ver con la situación de las empresas, puesto que muchas han perdido ingresos y sobrevivido únicamente gracias al apoyo fiscal, por lo que habrá que garantizar que la eliminación gradual de estas ayudas no sea tan rápida ni tan severa como para que las empresas se vean innecesariamente empujadas a la insolvencia.