El fuerte aumento se debe a la escalada de los precios de derechos de emisión en Europa
30 abr 2021 . Actualizado a las 19:38 h.Mientras las compañías comercializadoras y distribuidoras de energía trabajan ya en la reprogramación de los contadores para el gran cambio que experimentará la factura de la luz a partir del 1 de junio -con los nuevos tramos horarios?, los recibos correspondientes al mes de abril que recibirán los consumidores harán un roto en sus cuentas. No es para menos. La factura media de electricidad se ha encarecido en las últimas cuatro semanas un 15 % con respecto a marzo y se ha disparado casi un 46 %, una cifra histórica, si se compara con el mismo mes pero del 2020, manteniendo así las subidas que inició el mes pasado, después de la tregua dada en febrero por el impacto de la borrasca Filomena y la ola de frío.
Para un usuario doméstico, el recibo medio asciende a 73,17 euros, frente a los 63,59 euros de marzo, según los datos recopilados a partir del simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), informa Europa Press. Si se compara con el mismo mes del 2020, el aumento de ese casi 46 %, se traduce en un encarecimiento de más de 23 euros.
Un año antes
Este fuerte aumento interanual se debe a que en abril del año pasado se produjo una importante caída de la demanda debido a las restricciones aplicadas tras la declaración del estado de alarma, en plena pandemia del coronavirus. Entonces, el precio del kilovatio bajó hasta mínimos de los últimos 16 años. Y ahora, doce meses después, la factura es la más cara de los últimos 10 años.
Entre las razones de la actual escalada, que ha llevado las tarifas casi a máximos históricos, se encuentra el encarecimiento de los precios de emisión de CO2 en Europa, que sigue siendo determinante para la fijación de las tarifas en el mercado mayorista español, según explica la organización de consumidores y usuarios Facua.
Ante esta situación de subidas continuadas, la asociación reclama al Gobierno de Pedro Sánchez que acelere los compromisos en materia energética, como la bajada del precio del término de potencia, una tarifa más reducida para los primeros kilovatios consumidos y la eliminación de la retribución que reciben en el mercado mayorista determinadas tecnologías.