En el primer trimestre del año ganó un 92,5 % más que en el mismo período del 2020
28 abr 2021 . Actualizado a las 15:59 h.La multinacional española Naturgy se anotó ganancias de 383 millones en el primer trimestre del año, un 92,5 % más que en el mismo período del 2020, cuando el apagón generalizado de la economía hundió su facturación. La recuperación de los precios y el aumento de la demanda energética están detrás de la sobresaliente remontada. La salida de la empresa de Egipto también tuvo un impacto positivo no ordinario de 65 millones en sus beneficios, según Efe.
Naturgy, que engloba a la gallega Fenosa, permanece a la espera de saber si el Gobierno autorizará formalmente la opa parcial presentada por el fondo australiano IFM sobre el 22,7 % del capital de la compañía. La empresa ha comunicado esta mañana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que, en términos ordinarios, habría ganado 323 millones, un 3,5 % más que el mismo período del año anterior.
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) alcanzó los 982 millones de euros, un 9,8 % más. Entre todas las unidades de negocio, la mejora más notable se dio en el área de comercialización, que aportó 116 millones a ese beneficio bruto de explotación, un 50,6 % más, y en la gestión de energía y redes, que generó 785 millones, un 6,8 % más.
Renovables a la baja
La nota negativa la puso el área de renovables y nuevos negocios. Sus beneficios cayeron un 5 %, hasta los 114 millones de euros. Naturgy planea tener una potencia operativa de 1,6 GW en el 2025. En España resultó adjudicataria de 235 megavatios (38 MW eólicos y 197 MW fotovoltaicos) en la última subasta.
A pesar de la mejora en el panorama económico con el avance de la vacunación, la retirada de restricciones a la actividad y la recuperación gradual de los precios de las materias primas, «el covid ha continuado afectando negativamente al comportamiento operativo en forma de incertidumbre macroeconómica y una depreciación significativa de las divisas en Latinoamérica», señaló en un comunicado la compañía.
A pesar de esos vientos en contra, Naturgy subraya que ha cerrado el primer trimestre con «sólidos resultados en el negocio de redes de electricidad y gas en España», y logró expandir su capacidad de generación eléctrica renovable «en geografías con monedas fuertes».
Mientras la empresa espera a la resolución del Gobierno sobre la opa para poder desplegar un nuevo plan estratégico, Naturgy se sigue retirando de los negocios no estratégicos para invertir más esfuerzos en renovables. Y un ejemplo claro fue el portazo «amistoso» que dio el pasado mes de marzo a ENI y Egipto para olvidarse de la planta de licuefacción de gas de Damietta.
También está pendiente de culminar la venta del negocio de distribución eléctrica en Chile, prevista para el segundo trimestre del año.
Inversiones y deuda
Las inversiones de la compañía ascendieron a 196 millones al cierre del primer trimestre del año, siendo un 2,5 % inferiores a las de un año antes. La deuda neta (-0,1 %) se mantuvo estática en los 13.597 millones de euros. La multinacional espera reducirla sustancialmente cuando se cierre la venta de CGE Electricidad.
La opa debe hacerse «con todas las garantías»
Esta misma mañana, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, se ha pronunciado sobre la opa de IFM y las especulaciones sobre su eventual autorización tras las elecciones madrileñas. Ribera ha asegurado que el Gobierno velará para que la entrada del fondo australiano se haga «con todas las garantías» para «evitar situaciones no convenientes para la economía española», teniendo en cuenta que Naturgy tiene un papel protagonista en el mercado del gas y es «una de las empresas más significativas del sector energético español». Por eso ha insistido en que «es importante entender cuáles son la reglas del juego», recoge Efe. Según ha explicado, Naturgy también tiene que llevar a cabo su propio proceso de electrificación y transformación, en el que se enmarcaría la entrada de IFM en su capital.
La opa se encuentra actualmente en fase de estudio por parte del Gobierno español, que tendrá que autorizar o rechazar la operación.