La crisis anticipa una mayor presión fiscal para los gigantes empresariales

c. alba COLPISA / MADRID

ECONOMÍA

FRANCIS MASCARENHAS

La urgencia por financiar la recuperación acerca el acuerdo para aplicar un impuesto mínimo de carácter global

25 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los multimillonarios planes de estímulo para sacar a la economía mundial del abismo de la crisis han dado paso a la búsqueda de fórmulas para evitar que este histórico gasto se convierta en una enfermedad estructural para el déficit global, en vez de ser su vacuna.

En este escenario, Estados Unidos ha dado un paso que revolucionará la fiscalidad de numerosos países con su propuesta para establecer un impuesto mínimo global que grave los beneficios de las grandes empresas en el extranjero. ¿El objetivo? Evitar el dumpin fiscal con el que las multinacionales crean complejas estructuras societarias para limitar al máximo el pago de impuestos, tributando sus beneficios en los países con mayores ventajas fiscales. De paso, la Administración Biden se aseguraría la mejora en la recaudación, ante el colosal plan de 1,9 billones de dólares que ha lanzado para rescatar su economía. Un 40 % del presupuesto federal. «Los Estados se han dado cuenta de que necesitan más dinero, entre otros motivos por la covid, y en EE.?UU. coincide con un momento en el que la fiscalidad del trabajo ha ido subiendo y la de las empresas no (la recaudación por este último concepto se ha reducido del 2 al 1 % del PIB en los últimos años)», explica Pelayo Oraa, socio del área de Fiscalidad Corporativa de KPMG Abogados. «También quiere subir el impuesto de sociedades del 21 al 28%, lo que puede provocar que las empresas se deslocalicen, se vayan a otros estados, así que le beneficia que cada país introduzca ese impuesto mínimo a nivel mundial», añade.

Tributar al 21 %

La secretaria del Tesoro del país, Janet Yellen, propuso elevar al 21 % la tributación mínima por los ingresos de las empresas en el exterior. «Estamos ante una economía competitiva en la que un número considerable de países se había centrado en bajar impuestos para incentivar las inversiones», explican los expertos de KPMG. Pero eso se acabaría con esta propuesta que, como efecto colateral, limitaría el registro de beneficios en filiales establecidas en paraísos fiscales. Según el último informe de Tax Justice Network, los Estados dejan de ingresar al año 360.000 millones de euros por la evasión y los abusos fiscales de los grandes grupos corporativos.