Mar y agroindustria concentran un cuarto de los fondos europeos que solicita la Xunta

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

ALBERTO LÓPEZ

De los 354 proyectos de la candidatura gallega al plan de reconstrucción, 247 son iniciativas públicas, con un importe total de casi 7.000 millones de euros

24 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno gallego desveló ayer el listado completo de los 247 proyectos públicos que la Xunta presenta a los fondos europeos de reconstrucción, que el Ejecutivo central deberá remitir a Bruselas, con el próximo viernes como fecha límite. Las iniciativas públicas tienen un presupuesto cercano a los 7.000 millones de euros, que, sumados a los otros 107 proyectos impulsados por el sector industrial y económico de la comunidad, disparan la inversión global en la región hasta casi los 20.000 millones.

En lo que respecta a las iniciativas públicas, estas pivotan sobre cinco cadenas de valor, siendo la del mar y la agroindustria la que concentra el mayor volumen de solicitudes: 1.843 millones de euros, es decir más de un cuarto (concretamente el 26,7 %) del total de fondos que la Xunta reclama a Europa.

Por presupuesto, le siguen los proyectos vinculados con la sanidad y los hábitos saludables (1.644 millones), con la economía circular (1.448 millones) y con los polos de innovación, industria 4.0 y nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), con otros 1363 millones. Los relacionados con la movilidad sostenible cierran la relación, con una necesidad de financiación estimada de 610 millones.

Han pasado prácticamente diez meses desde que la Xunta desvelara cuáles serían los «proyectos tractores» con los que -gracias a los fondos de la Unión Europea- salir de la crisis espoleando la modernización del tejido productivo: una planta de 50 megavatios para generar hidrógeno verde, un centro de economía circular para convertir los purines de las granjas en fertilizantes o biogás y, por último, un centro industrial orientado a producir fibras textiles a partir de la madera.

A partir de esas iniciativas, señaladas como los grandes motores para la reactivación pospandemia, la Xunta fue perfilando el resto de proyectos públicos (los principales se desgranan en el gráfico anexo), hasta completar el referido listado de 247 iniciativas.

El polo de Rozas, a la cabeza

El despegue del polo aeroespacial de Galicia, ubicado en la localidad lucense de Rozas, es el proyecto más ambicioso en cuanto a financiación, ya que rebasa los 533 millones. Con el desarrollo de drones en el punto de mira y con empresas como Indra o Babcock como motores de los proyectos, la Xunta pretende impulsar esta instalación lucense.

También concentran la atracción inversora de los fondos europeos otros proyectos públicos del ámbito sanitario, como la construcción del nuevo Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), para el que se piden casi 300 millones a cargo de los fondos Next Generation, las obras de ampliación del Montecelo de Pontevedra, con 156 millones, o la actuación en los centros hospitalarios de Ourense (62,5 millones) y Santiago de Compostela (50).

Digitalización y energía

La transformación digital de los centros educativos y de formación canalizará 250 millones de euros, mientras que otros 200 se destinarán a mejorar su eficiencia energética. Igualmente, entre las iniciativas que optan a financiación comunitaria están actuaciones tan diversas como el desarrollo de polos de emprendimiento en el ámbito rural, la rehabilitación de edificios públicos o la adopción de la inteligencia artificial en el sector público, sin olvidar otras como el impulso de las infraestructuras, el turismo o la movilidad sostenible.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, ha admitido reiteradamente en las últimas semanas que es consciente de que no todos los proyectos gallegos conseguirán fondos europeos para su puesta en marcha, aunque ha defendido que todos ellos cumplen los requisitos para poder competir y formar parte de la candidatura española. Por ello, desde el Ejecutivo autonómico reclaman «concurrencia competitiva».