ERTE en la mitad de las refinerías del país tras caer el consumo un 20 %
ECONOMÍA
Afectados tres centros de Repsol, entre ellos, el gallego, y uno de Cepsa
17 abr 2021 . Actualizado a las 10:45 h.Repsol eligió el mismo día en que el Congreso aprobaba la Ley de Cambio Climático para comunicar a los sindicatos la presentación de un ERTE durante seis meses para un máximo de 212 trabajadores de la refinería que posee en Galicia, situada en A Coruña. Son el 31 % de la plantilla. Ocurrió el jueves 8. Un día antes, fuentes de la principal petrolera del país le quitaban hierro al impacto de la ley. Aseguraban que la norma, que graba a fuego el compromiso de que el país alcance la neutralidad climática en el 2050, no le ponía fecha de caducidad a las refinerías, pese a que la norma sí recoge que, a partir del 2040, todos los turismos nuevos que se vendan deberán arrojar emisiones cero. Eso sí, reconocían que la ley les obligaba a devanarse los sesos para desarrollar otros tipos de productos, que el sector del refino denomina ecocombustibles. Porque el compromiso de Repsol, recordaban, es alcanzar emisiones netas cero en el 2050.
Pero el ERTE de A Coruña está sobre la mesa. Como también lo está sobre otras dos de sus cinco refinerías: las de Puertollano y Bilbao (esta, bajo la marca Petronor). En total, se verán afectados por la regulación temporal de empleo más de un millar de trabajadores, en torno a un tercio de la plantilla total de Repsol Petróleo, la filial de las refinerías del grupo.
La otra gran petrolera del país, Cepsa, acaba de aplicar otro expediente temporal en sus instalaciones de Palos de la Frontera (Huelva) para 62 trabajadores y mantiene otro activo para el personal de sus gasolineras. Con la de Cepsa, cuatro de las nueve refinerías del país están en apuros.
La Ley de Cambio Climático no es el argumento principal para presentar los expedientes. Lo es el impacto del covid en el consumo de productos petrolíferos en el último año, que registró una caída media del 20 %; aunque el queroseno de aviación se desplomó un 65 %, según datos presentados por la patronal petrolera en una jornada de Enerclub. La Federación Gallega de Estaciones de Servicio (Fegaes) estima que las gasolineras vendieron un 30 % menos de carburantes en el 2020 por el confinamiento y las restricciones a la movilidad.
Pero «a esta situación coyuntural [la del covid] se suma otra estructural, que consiste en la incertidumbre generada por la transición energética, que va a exigir importantes proyectos e inversiones en los próximos años para que la refinería alcance los objetivos de transformación y descarbonización contemplados por Repsol», explicaba la compañía en la nota de prensa enviada para anunciar el ERTE.
La petrolera anotó pérdidas de 3.300 millones en el 2020. Cepsa, de 919 millones.
Grupo de trabajo con el sector
El día anterior a la aprobación de la Ley de Cambio Climático, el Ministerio para la Transición Ecológica constituyó con las compañías del sector del refino y la distribución de productos petrolíferos un grupo de trabajo técnico para acordar medidas que impulsen la sostenibilidad medioambiental y económica de esta industria y la reducción de emisiones.
José Fernández, presidente del Sindicato de Trabajadores, con representación en el comité intercentros de las refinerías de Repsol Petróleo, reconoció que existe una «seria preocupación» dentro de la compañía porque la recuperación del consumo va ligada al fin de las restricciones a la movilidad, que no acaban de esfumarse. Fernández reconoció también que, aparte del impacto actual del covid, también temen la «tremenda amenaza» que supondrá para el negocio la Ley de Cambio Climático, y la consiguiente desaparición de los coches con motor de combustión.
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, no oculta su disgusto con la ley. En la pasada junta de accionistas, reprochó que el texto prioriza, «sin razón ambiental alguna, la electricidad sobre otras alternativas renovables». También consideró que imponer a los vehículos el principio de emisiones directas cero «es un grave error» y pidió dejar a un lado «posiciones dogmáticas» y buscar un camino para conseguir el objetivo de un futuro neutro en carbono para los vehículos y los combustibles en España y Europa «sin deslocalizar tecnología e inversión».
Foro Nuclear: «Me encantan todas las renovables, pero nosotros tampoco emitimos CO2»
El Club Español de la Energía (Enerclub) organizó el jueves una jornada para que todas las organizaciones sectoriales, y también el ministerio, presentaran su balance energético del 2020. Ahí estuvo el presidente de la patronal petrolera, Juan Antonio Carrillo, y su homólogo en Foro Nuclear, Ignacio Araluce, quien reivindicó el papel fundamental de esa tecnología en el sistema de generación. De hecho, es la primera. «Con el 6 % de la potencia producimos el 22 % de la electricidad», recordó, al tiempo que subrayó que «me encantan todas las energías renovables, pero nosotros tampoco emitimos CO2». Además, la electricidad procedente de las nucleares evitó que tuviesen que contribuir otras que hubiesen emitido 30 millones de toneladas de dióxido de carbono.
El parque nuclear irá desapareciendo progresivamente entre el 2027 y el 2035.
Araluce avanzó la preocupación del sector por el impacto fiscal que están experimentando. Así, detalló que el 61 % de los 1.900 millones que facturaron las centrales el año pasado se fueron para impuestos y tasas. «Acabamos con un flujo de caja negativo», aclaró. Les preocupa que la presión fiscal (que grava la producción) se mantenga mientras que los precios de la energía vendida en el mercado vayan a la baja, como está previsto por el efecto renovables. O sea, que se mantengan los gastos y se reduzcan los ingresos.