Las ayudas para comprar coches «cero», obligadas a pagar hasta 1.200 euros en el IRPF

La Voz

ECONOMÍA

El apagón de surtidores públicos funde el acelerón del coche eléctrico en Galicia

11 abr 2021 . Actualizado a las 16:44 h.

Las ayudas a la compra de coches eléctricos que entran hoy en vigor no están obligadas a pasar por el filtro de Hacienda hasta el año que viene. Pero sí tendrán que hacerlo este año (en la campaña de la declaración de la renta iniciada el pasado día 7) las percibidas en el 2020.

Los compradores de turismos eléctricos, híbridos enchufables o de pila de combustible que tengan un sueldo medio de 21.161 euros anuales y hayan recibido las ayudas del Moves pagarán también 1.200 euros en su próxima declaración de la renta. Lo harán tras haber percibido una ayuda de 4.000 euros, que se eleva a 5.500 euros en el caso de se produzca el achatarramiento de un coche y que eleva la factura fiscal a los 1.650 euros. Así lo calculan desde Unoauto, el portal especializado en vehículo nuevo de Sumauto, a partir de los Técnicos de Hacienda (Gestha).

Siguiendo con los cálculos, estima Gestha que los compradores de vehículos ecológicos recibieron 1.000 euros en ayudas (1.500 en caso de achatarramiento de un vehículo de más de 20 años), y que su factura fiscal se encarecerá en unos 300 euros (en el caso de percibir un sueldo medio). Por su parte, los compradores de vehículos con etiqueta C, que recibieron hasta 800 euros, tendrán que pagar unos 240 euros más en el IRPF.

Avisan los técnicos de Hacienda que los contribuyentes que no declaren las ayudas se exponen a tener que presentar una declaración complementaria, que en caso de no realizarla llevaría a la Administración a liquidar el importe correspondiente con intereses de demora e imponer una sanción por una infracción tributaria de hasta el 50 % que podría reducirse por conformidad con la liquidación (30 %) y por el pago de la sanción en plazo y sin recurso (el 25 % de la sanción reducida por conformidad), es decir el 26,25 % de la cuota no ingresada.

Gasto de recarga

Y una advertencia más a los usuarios de coches eléctricos en lo tocante a pagar. Según un informe reciente de la OCU, el coste en una estación de recarga rápida puede superar los 0,79 euros por kilovatio, lo que puede acabar resultando más caro que usar un automóvil con motor de combustión (gasolina o gasoil). Dice la OCU que en casa, con una tarifa nocturna, suele estar en torno a 8 céntimos por kilovatio, llenando la batería por menos de un euros.

El apagón de surtidores públicos funde el acelerón del coche eléctrico en Galicia

Los puntos de recarga se concentran en áreas urbanas de la fachada atlántica

m. sío dopeso

El vehículo eléctrico es el futuro. Pero en el presente son coches todavía caros y que bonifican con 7.000 euros la compra de un modelo electrificado, a cambio de achatarrar un coche de más de 7 años.

Echa para atrás el precio (30.000 euros de media), pero también otros factores, como el disponer de una autonomía aún limitada y la necesidad tener un enchufe a mano. Esa es la opinión generalizada que existe sobre estos modelos en el mercado, y lo que explica que, cuando toca cambiar de coche, los conductores aún sigan apostando mayoritariamente por los motores de combustión, aunque la brecha se vaya acortando progresivamente.

El pasado mes de marzo, uno de cada cuatro modelos comprados en Galicia fue un eléctrico o híbrido enchufable. En los tres primeros meses del 2021 se han vendido 249 unidades eléctricas puras (un 23 % más que el año pasado) y 1.343 híbridas (un 43 % más). «Es el mayor incremento de la historia, lo que indica que, aunque moderadamente, las nuevas tecnologías van integrándose en nuestro parque automovilístico, aportando, sobre todo a los centros urbanos, una movilidad más sostenible, limpia y segura», dicen los fabricantes.

El mercado indica que los conductores gallegos están preparados para el coche eléctrico, pero ¿y las carreteras y las ciudades? ¿Lo están? Los propietarios de estos vehículos pueden instalar el punto de recarga en su propia casa o en la plaza de garaje del edificio. Pero el crecimiento de la demanda exige su habilitación en espacios públicos, autopistas y autovías.

Crecimiento lento

Los ingenieros del Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia (CTAG) recuerdan que «Galicia fue pionera en España en el despliegue de infraestructuras de alimentación eléctrica». Citan a Bluemovility (participada por Gas Natural) que en el año 2010 desarrolló con el propio CTAG la tecnología para la instalación de puntos de recarga de coches eléctricos para toda España. Fue en plena crisis, el mercado no despegó como se esperaba y la firma fue a liquidación en el 2014. Ese año, Galicia contaba con 190 puntos de recarga para vehículos eléctricos. A día de hoy la cifra es de 230, según el barómetro de electromovilidad de Anfac, la patronal española de fabricantes de coches, con datos de diciembre del 2020.

España -y por comunidades Galicia- continúa estando bastante lejos de la media europea en lo que a movilidad eléctrica se refiere, según reflejan los datos del barómetro de Anfac. Hasta 12 regiones se colocan por encima de Galicia en infraestructuras de recarga, situándose en cabeza Cataluña y Madrid.

Importa la cantidad pero también la calidad. Y es que de las 230 instalaciones públicas contabilizadas en la comunidad, la mayoría son de recarga lenta, y requieren más de 3 horas para reponer el 100 % de la batería eléctrica. Según el barómetro de Anfac, 14 de los surtidores completan la carga en 40 minutos y no existe ningún recargador rápido. La mayor parte de la red se localiza en áreas urbanas y se extiende por la fachada atlántica. 

Reticencias

«Todavía faltan muchos puntos de recarga; es lo que más reticencias genera a quienes se quieren comprar un auto con batería», asegura Salvador Ejarque, presidente de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE). La patronal de los fabricantes (Anfac) explica que hay unos 8.500 lugares para cargar estos vehículos en carreteras y vías públicas, pero con una distribución desigual: muchos están en las grandes ciudades y pocos en las autovías y zonas menos pobladas. El Gobierno se ha puesto el objetivo de multiplicar esta cifra por siete en menos de tres años y lograr que haya 60.000 en el 2023.

Más de 2.000 millones hasta el 2023 para el despliegue por toda España

La falta de puntos de recarga va a cambiar en breve gracias a los planes de las empresas, impulsados por los fondos Next Generation europeos, a los que Galicia concurre con un proyecto abanderado por el clúster Ceaga. Esperamos un crecimiento muy sustancial en los próximos años», explican desde Transición Ecológica, ministerio que destinará 2.000 millones de esas subvenciones a movilidad eléctrica en tres años. En ese período, Iberdrola quiere multiplicar por 10 sus 1.000 puntos actuales en toda España; Endesa planea cuadriplicar sus 2.000 localizaciones y Naturgy pretende crear 1.000 surtidores públicos.