
Un informe de Coface indica que muchas compañías han quebrado por la crisis, pero aún no se ha reportado
02 abr 2021 . Actualizado a las 18:47 h.La crisis del coronavirus ha provocado que muchas empresas tengan que cerrar su negocio. Algunas volverán a abrir en un tiempo pero otras ya no tienen salida. Aún así, los datos aseguran que las insolvencias empresariales disminuyeron en el 2020 frente a las del 2019, como consecuencia de las ayudas estatales como los ERTE, los créditos ICO o incluso los rescates estatales de la mano de la SEPI.
Sin embargo, según Coface su caída esconde en realidad un aumento de las «insolvencias ocultas» que las ayudas públicas han evitado que salgan a la luz. De esta forma, calcula que unas 1.600 empresas en España pertenecen a este grupo, un 34% más que en el 2019, y que son compañías cuya quiebra solo es cuestión de tiempo.
Este dato podría haber sido peor, indica la aseguradora en su informe, si no se hubiese apostado por los ERTE, que han demostrado una gran eficacia en el mantenimiento del empleo y el tejido empresarial. Por ejemplo, en el comercio minorista, Coface calcula que los ERTE limitaron la caída de los beneficios al 26 % en el segundo trimestre del 2020, frente al 67 % que podría haber caído sin este mecanismo. Aún así, aseguran que esta medida no ha impedido un «aumento meteórico» de las insolvencias empresariales en el sector turístico, con un incremento interanual del 90% en la segunda mitad de 2020. Los concursos de acreedores se han disparado un 125 % en la hostelería.
«Nuestros resultados indican que, en general, la salud financiera empresarial se deterioró notablemente en el 2020, algo que normalmente se traduciría en un aumento de las insolvencias», explica el informe, que asegura que si todas las insolvencias ocultas salen a la luz en el 2021, se puede esperar un aumento «sustancial» en las cifras de este año. Y no es el único año que ha ocurrido algo así. En España, por ejemplo, se notificaron 4.100 insolvencias en el 2015, un 15 % por debajo de las 4.800 del 2019. Sin embargo, el número de insolvencias consistente con sus ratios simulados seria cercano a 5.700. «La diferencia entre estas insolvencias simuladas y la cifra reportada nos arroja la cantidad de nuestras insolvencias ocultas, que en el 2020 fueron de alrededor de 1.600», aseguran. Sin embargo afirman que es imposible garantizar que todas (o incluso la mayoría) de las insolvencias ocultas de 2020 se concreten en el 2021.
Entre las razones para este retraso de las insolvencias está el colapso administrativo. «Es común que los juzgados se vean abrumados por un aumento en las solicitudes de insolvencia, creando una congestión en el sistema.», admiten. Los resultados también sugieren que la moratoria concursal no es lo único que pospone la ola de insolvencias. En España, las crecientes insolvencias en el sector turístico muestran que el crédito bancario juega un papel crucial. Los datos de la encuesta sobre préstamos bancarios del Banco Central Europeo (BCE) señalan que los bancos españoles están por delante de sus pares en el endurecimiento de los estándares crediticios. Por tanto, la voluntad de los bancos de apoyar a las empresas de viabilidad marginal será clave.
Comparando las cifras de las insolvencias del 2020 con la salud estimada de las empresas, tenemos motivos para esperar un proceso de «puesta al día» en las insolvencias a partir de 2021, pero la velocidad de este proceso y su resultado dependerán de varios factores altamente inciertos que aun no se han determinado. En primer lugar, dependerá de la rapidez con que terminen los confinamientos, que a su vez depende de la velocidad de la vacunación, incide la aseguradora. También dependerá de la continuidad de la voluntad del apoyo estatal, en un contexto de crecientes preocupaciones fiscales.
Por último, resta saber hasta qué punto los políticos están dispuestos a permitir las quiebras corporativas, teniendo en cuenta los costes electorales de gobernar en medio de una ola de insolvencias. Con un año electoral en Alemania, una campana inminente en Francia y el sur de Europa siempre propenso a un colapso parlamentario, no debemos descartar el factor político, explica el informe.