Navantia afronta el tercer relevo en la presidencia a las puertas de un año en seco en Ferrol

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR TOIMIL

Los trabajadores temen nuevos retrasos en los programas

01 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Navantia necesita unha continuidade, unha presidencia que se comprometa co seu proxecto. Agora virá unha nova persoa que terá que coñecer a empresa e por iso teremos un retraso de seis meses a un ano». El que así se expresa es el presidente del comité de empresa del astillero de Ferrol, Emilio García Juanatey, quien criticó los relevos continuados en la compañía pública, por el impacto directo que tiene en todos los programas y los proyectos en curso. Además, tradicionalmente, los presidentes, tras unos meses de asunción de estas responsabilidades, suelen efectuar también cambios en las direcciones de las factorías, lo que amplifica aún más la inestabilidad.

Si estabilidad es lo que estaban pidiendo los portavoces de la plantilla, han logrado exactamente lo contrario. Desde su llegada al poder, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha nombrado dos presidentas y tendrá que efectuar una tercera designación, todo ello en menos de tres años. Así, en julio del 2018 había nombrado presidenta a Susana de Sarriá, quien tomó el relevo al mugardés Esteban García Vilasánchez -único máximo responsable que procedía de la empresa-, y el 30 de septiembre del 2020, a Belén Gualda. Exactamente medio año después se produce su ascenso a la máxima responsabilidad de la SEPI, por lo que habrá que nombrar a un tercero.

A principios de marzo, Gualda cambió el director en Navantia Ferrol, astillero que a mediados de este mes verá marchar el único buque que tiene en construcción, el segundo barco de aprovisionamiento en combate para la Armada de Australia. Iniciará así un período de sequía que se prolongará hasta el verano del 2022, cuando está previsto que dé comienzo la fabricación de la primera fragata de la serie de cinco F-110 para la Marina española. Aunque las tareas de ingeniería ya se han iniciado, los gremios de producción, al igual que las empresas auxiliares de la zona, experimentarán un gran parón. Por ello, los portavoces de los trabajadores insisten en que se necesita celeridad y compromiso en la gestión de la Navantia gallega. «Precisamos estabilidade para as F-110 e investimentos para a transformación dixital», afirmó García Juanatey.

Dique seco

También desde el ámbito político se subraya el poco acierto de propiciar tantos relevos al frente de la compañía en unos momentos como los actuales. El secretario general de los populares gallegos, Miguel Tellado, afirmó ayer que la situación de Navantia, Ence o Alcoa demuestra que Nadia Calviño y Yolanda Díaz son «gallegas no practicantes».

El alcalde de Ferrol, el socialista Ángel Mato, pidió a la persona que asuma la máxima responsabilidad en la compañía que «recuerde que los astilleros de la ría son claves» y que hay que resolver el problema de falta de trabajo inmediato y comprometer nuevas inversiones para modernizarlos.

El foco puesto en Susana Hernández

Desde que el Consejo de Ministros del pasado martes nombró a Belén Gualda presidenta de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el foco está puesto en el posible relevo al frente de Navantia. Fuentes de la compañía pública explicaron que los órganos de dirección son los que asumirán las competencias de la presidencia hasta que se produzca el nombramiento de su nuevo máximo responsable.

Sin embargo, un nombre suena con fuerza en estas horas posteriores a la salida de Gualda de la compañía, y es el de Susana Hernández, exsenadora socialista y actual presidenta de Sainsel, una firma de sistemas navales participada por Navantia e Indra.

Precisamente el nombramiento al frente de la firma de sistemas de esta enfermera que fue portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Murcia estuvo rodeado de polémica, ya que junto a Joaquín López, vicesecretario general del partido en la región, fueron designados para asumir la máxima responsabilidad de dos empresas públicas seis meses después de perder sus escaños.

Tanto en círculos políticos como en el seno de los astilleros ferrolanos la posibilidad de que Susana Hernández sea designada presidenta de Navantia ha ido cobrando fuerza en las últimas horas.

Por el momento, no hay confirmación oficial, pero de materializarse esta designación, se convertiría en la tercera mujer al frente de la compañía.