Ramón Sarmiento: «Debemos ser el primer sindicato de Galicia, por tradición, propuesta y capacidad de trabajo»

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR QUIAN

Tras un incremento de la afiliación del 10 % en su primer mandato, el secretario xeral de CC.OO. en Galicia buscará renovar el cargo en el congreso de mayo

27 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ramón Sarmiento (Baiona, 1973) buscará la reelección como secretario xeral de Comisións Obreiras en Galicia en el congreso que el sindicato celebrará los días 20 y 21 de mayo. Lo hará acompañado de la actual ejecutiva tras un mandato «extremadamente complejo».

-Cogimos la organización en una situación económica muy complicada y con una tendencia de descenso afiliativo y de pérdida de peso electoral. Hemos sido capaces de invertirla para poner al sindicato en una situación de crecimiento afiliativo potente, de un 10 %, y sacarlo de la tercera posición electoral a la segunda. Y con la dinámica actual estamos convencidos de que en el próximo mandato debemos ser el primer sindicato por tradición, por propuesta y por capacidad de trabajo.

-¿Cómo les afectó la pandemia?

-El covid ha demostrado nuestra resiliencia organizativa: no hemos parado ni un solo día y hemos adaptado la estructura para dar respuesta incluso en el confinamiento. Un momento que en lo laboral fue muy exigente: miles de ERTE, cientos de consultas.

-¿Esa crisis laboral es lo que explica el aumento de la afiliación?

-No. Veníamos con una muy buena tendencia de crecimiento, que hemos mantenido, aunque se ha ralentizado. La afiliación es un acto presencial, requiere contacto.

-¿Qué espera para los próximos cuatro años? ¿Entramos en una fase estable de recuperación o vamos a esa cascada de quiebras y ERE que llevan meses anunciando?

-En la primera parte, en la que ya estamos, necesitamos asentar unas bases nuevas para asegurar que el proceso que viene sea de crecimiento y redistribución. Y requiere cambios profundos en materia de fiscalidad, en la definición de políticas públicas, de inversión de los fondos de reconstrucción, que traigan de la mano ese esperado cambio de modelo productivo.

-Lo del cambio del modelo productivo es algo que llevamos años escuchando. ¿Se fían demasiadas esperanzas a los fondos europeos?

-El tren va a pasar. La interrogante es si lo vamos a coger a tiempo. Hay grandes oportunidades para nuestra economía, especialmente en Galicia, para engancharse a ese proceso de cambio tecnológico y ecológico, pero también van a confluir tensiones muy potentes. Todo el planeta está haciendo ese proceso, y habrá territorios ganadores y otros perdedores. Afortunadamente, tenemos un ingente volumen de recursos adicionales para gestionar lo que se iba a dar de una forma menos acelerada, pero que la pandemia está precipitando.

-¿Cuáles son sus prioridades para el uso de esos fondos?

-Una de la que nadie habla: digitalizar el ámbito educativo. Es un proyecto tractor para la economía gallega: capacitación digital, formación del profesorado, medios tecnológicos y apoyo a las familias necesitadas. En este momento es la inversión más estratégica para cualquier territorio.

-Acaban de tener sus primeras movilizaciones contra el Gobierno, ¿se acabó la luna de miel?

-Tiene que abrirse un espacio en la sociedad de romper con inercias, especialmente las de gestión de la anterior crisis. Conseguir una hegemonía social en torno a nuestras posiciones requiere de un proceso intenso de movilización.

-Se habla de dos almas en el Gobierno: la ministra de Trabajo alineada con los sindicatos y la de Economía más próxima a los empresarios. ¿Es así?

-El Ministerio de Trabajo está haciendo explícita una posición dentro del Gobierno que es muy próxima a la que mantiene Comisiones Obreras y a lo que entendemos necesita el mercado laboral.

-¿Y Economía?

-De su parcela de gestión escuchamos poco, por ejemplo de lo que quieren hacer con los fondos de reconstrucción. Y en cualquier Gobierno, más en uno de coalición, los distintos departamentos deben tener posiciones y no ser opinadores unos de otros.

-¿Va a ser posible sacar adelante una reforma laboral si la premisa es que solo podrá salir adelante si hay consenso con la patronal?

-Sería lo deseable, pero lo que no vamos a consentir es que se le reconozca a la patronal capacidad de veto. En materia laboral no queremos hacer un viaje al pasado, sino hacia un nuevo marco de relaciones laborales.

-¿Cuál debe ser ese futuro?

-Hay que recuperar elementos que arrebató la reforma del 2012, especialmente en la negociación colectiva o en la tramitación de ERE. Pero también hay que ver con ambición el reconocimiento social sobre la eficacia que tienen los ERTE y transformarlos en una figura de carácter estructural para nuestra economía, que rompa con la dualidad del mercado de trabajo y dé una respuesta a las empresas para atender a las fluctuaciones de la demanda o de la carga de trabajo. Permitiría no utilizar el despido como elemento fundamental de ajuste.

-El ingreso mínimo, que fue una de sus grandes reivindicaciones, apenas llega a 11.000 hogares gallegos, una cuarta parte de los que reciben la risga, ¿qué falla?

-El ingreso mínimo vital es un elemento muy potente del estado de bienestar, pero no se ha invertido el suficiente tiempo en consensuarlo y desplegarlo. En nuestra opinión, la participación de las comunidades en la tramitación es más eficaz que un tratamiento centralizado.

-¿Les ha trasladado la Xunta qué cambios hará en la risga para adaptarla al despliegue del ingreso mínimo?

-Le estamos requiriendo a la Xunta una mesa en el ámbito de servicios públicos, dependencia, protección social... Se ha conseguido con el Gobierno central ese reconocimiento de los agentes sociales para hablar de asuntos sociales, pero la Xunta sigue cerrada a esa posibilidad de dar participación y abrir un espacio de diálogo, aunque se lo hemos reclamado con insistencia al presidente.

-¿Cómo influye en el diálogo social la renovación de la Confederación de Empresarios de Galicia?

-Siempre es bueno tener interlocutores reconocidos, elegidos en procesos homologables. Todavía no tenemos retorno, es un poco pronto. Desde luego necesitamos, como agentes sociales, que la otra parte tenga no solo capacidad de interlocución, también de propuesta y que concurse de reactivar la negociación colectiva en Galicia, que en algunos espacios está absolutamente paralizada.

-¿Hay convenios sin renovar por esa falta de interlocución?

-Tenemos el 60 % de los convenios con ámbito de negociación en Galicia sin actualizar. La Situación de la CEG contagió al conjunto del ámbito de representación colectiva de los empresarios. Y hay ámbitos donde o no hay organización patronal reconocida o legitimada para sentarse al otro lado de la mesa o simplemente se disolvió, desapareció.

-Llevan años clamando por la unidad sindical en Galicia, ¿han avanzado?

-Lo vimos el 10 de marzo en una huelga general convocada unitariamente [en las comarcas de Ferrol, Eume y Ortegal], en A Mariña con Alcoa y lo veremos de nuevo este sábado en las calles de A Coruña con la movilización contra la represión sindical de Alu Ibérica. Somos creyentes en que la respuesta unitaria es la más eficaz para defender los intereses de los trabajadores, pero también sabemos que esa respuesta unitaria tiene que darse en un escenario de competencia entre los sindicatos, leal y seria. Y estamos convencidos de que nuestra decisión de ir a ser el primer sindicato en Galicia será un elemento facilitador para que se abran más espacios de respuesta unitaria.

-Alcoa, Alu Ibérica... En ese goteo de la crisis industrial gallega parece que las únicas buenas noticias vienen de los juzgados...

-Las Administraciones tienen que encontrar otro elemento de intervención en la política industrial más allá de ese efecto regadera que hacen a veces ciscando ayudas por el tejido industrial, que se está demostrando que no da resultado. Tienen que definir instrumentos de intervención pública en torno a aquellos sectores que consideramos estratégicos.

-Fuera de esos sectores hay también una sangría de despidos, por ejemplo en los servicios, que no genera esa respuesta. Da la sensación de que hay empleos de primera y de segunda.

-No es que haya empleos de primera y de segunda. Lo que pasa es que el sector manufacturero es el que arrastra de la capacidad de desarrollo, tecnológica y de innovación... El sector servicios donde más se ve afectado es donde tiene que operar en un entorno decadente, regresivo, de malas infraestructuras.