La nueva prórroga de los ERTE primará la reincorporación de los trabajadores

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Víctor Lerena | EFE

Escrivá cifra en 783.000 los afectados por ajustes de empleo, que siguen bajando

25 mar 2021 . Actualizado a las 10:14 h.

Después de llevar tiempo anticipando que el Ejecutivo prolongará los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) más allá del 31 de mayo, en lo que será la quinta prórroga del mecanismo de protección del empleo, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, confirmó ayer que planean modificar los incentivos de los ERTE para primar la reincorporación de los trabajadores.

Aunque no entró en detalles, sí avanzó que habrá cambios en el diseño de la herramienta para la próxima prórroga, que comenzarán a negociar con los agentes sociales a principios de mayo. Sostuvo que, en el cambiante contexto actual, es mejor esperar a ver cómo evoluciona la pandemia -el avance de la vacunación y la contención de una potencial cuarta ola-. «Hay que esperar a mayo. Pero lo que vamos a ser es dúctiles. Habrá flexibilidad total y estamos abiertos al diseño que mejor sirva a la recuperación», indicó el ministro, para añadir que, si el escenario central es «el que esperamos, probablemente pongamos el énfasis en la activación. Los incentivos estarán en la activación más que en la protección, como hasta ahora».

Impulsar la vuelta a la actividad

Es decir, que las exenciones para las empresas se concentrarán en bonificar la vuelta a la actividad de sus trabajadores, y no tanto en rebajar las cuotas de quienes continúen inmersos en los ajustes de empleo. Sin embargo, en las negociaciones de las anteriores prórrogas de los ERTE, ese posible viraje levantó ampollas, ya que tanto sindicatos como empresarios se mostraron contrarios a la fórmula, defendiendo que las bonificaciones se focalicen en los trabajadores que continúen acogidos a las diferentes modalidades de ERTE en vigor.

En su repaso por la eficacia del mecanismo aplicado para proteger el empleo en esta crisis sin precedentes, el ministro tiró de estadística para destacar que España es, solo por detrás de Holanda, el país europeo con un mayor porcentaje de trabajadores en ERTE que han vuelto al trabajo (como muestra el gráfico), con el 80 %, a distancia de Alemania o Bélgica, y por delante de Francia o Italia. Argumentó que se debía al diseño realizado para la reactivación: «Exoneraciones a los que se activan y reducciones decrecientes».

Escrivá también dejó abierta la puerta a realizar nuevos ajustes sectoriales, insistiendo, además, en poner «énfasis en la formación» en los ERTE, ya que habrá sectores que salgan más fortalecidos que otros de esta crisis.

Según las estimaciones del ministerio, en el último año se ha exonerado a las empresas del abono de las cuotas sociales de alrededor de dos millones de trabajadores y calcula que el coste global de las medidas puestas en marcha (ERTE, prestación por cese de actividad de los autónomos, etc.) habrá alcanzado los 40.000 millones de euros para finales de mayo. Escrivá también señaló que en la transición «hacia la normalidad» habrá que ir «desenganchándose» de esas herramientas de protección «de forma gradual y progresiva».

Durante la rueda de prensa en la que hizo balance de las medidas puestas en marcha para paliar los efectos de la crisis sanitaria, el ministro celebró que el número de trabajadores en ERTE no ha dejado de descender desde el arranque del año, disminuyendo en marzo de forma «significativa», paralelamente a la recuperación de la movilidad. A 22 de marzo quedaban 783.000, lo que se traduce en 126.000 menos que en el pico de febrero.

Igualmente transmitió su confianza en que «habrá una recuperación del empleo más fuerte después de la Semana Santa», ya que la contratación estacional habitual en estas fechas «se va a ver desplazada hacia adelante», ya que sectores como la restauración o la hostelería no están incorporando personal todavía, por la persistencia de las restricciones.

El PIB caerá este trimestre

Pese a dibujar un panorama de progresiva recuperación de la actividad y el empleo, Escrivá calificó de «difícil» que el PIB termine el primer trimestre en positivo.

Se convirtió así en el primer miembro del Ejecutivo en admitir una contracción de la economía que ya han avanzado tanto el Banco de España como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). «En el promedio de todo el trimestre probablemente veamos una caída, pequeñita, pero caída del PIB», señaló.

El perfil: varón, de mediana edad y con contrato indefinido

El ministro también desveló en su intervención de ayer cuál es el perfil más común de los trabajadores en ERTE, que llegaron a ser 3,4 millones en el pico de la pasada primavera. Mayoritariamente se trata de un hombre (53 % del total), de edad intermedia (el 56 % tenían entre 30 y 49 años y solo el 5 % superaban los 60) y con contrato indefinido (78 %).

Asimismo, según el tiempo que han permanecido en ERTE, tres de cada diez estuvieron apenas cinco días. La duración fue superior para las mujeres que para los hombres, así como entre los temporales respecto a los indefinidos. También entre los menores de 30 y los mayores de 60.

En el desglose de datos ofrecido, Escrivá también cifró en 3,8 millones las bajas tramitadas por covid en el último año (de las que 1,3 millones fueron por contagio y otros 2,5 por el aislamiento obligado tras estar en contacto con un infectado), a lo que se suma otro millón de autónomos con prestación extraordinaria por cese de actividad.

En total -dijo- las diferentes medidas de protección de la Seguridad Social han llegado a más de ocho millones de personas en algún momento de esta crisis y a casi 600.000 empresas.

No hay bloqueo en pensiones

Preguntado por el bloqueo de las negociaciones para la reforma del sistema de pensiones que la víspera denunciaron los sindicatos, Escrivá lo negó. De hecho, aseguró que el acuerdo está próximo. «Hay avances muy sustanciales y estamos muy cerca del acuerdo», subrayó, insistiendo en que «los ámbitos en los que hay que ajustar cosas son relativamente menores» y tienen más que ver con el calendario. Admitió, sin embargo, algunas diferencias con los agentes sociales en las medidas para desincentivar la jubilación anticipada, aunque no en la nueva fórmula de revalorización de las pensiones.

En relación al ingreso mínimo vital, el ministro admitió que su despliegue está siendo más lento de lo esperado: «La preocupación es que reduzca la pobreza extrema. La meta no es un número de beneficiarios», dijo.