José Antonio Zan: «Luchamos contra un gigante»

ECONOMÍA

PEPA LOSADA

El presidente del comité de empresa de Alcoa se muestra prudente ante el futuro y agradecido con sus vecinos

12 mar 2021 . Actualizado a las 13:43 h.

José Antonio Zan (Oviedo, 1977), se ha hecho popular a su pesar. Prudente y firme, insiste en que su objetivo es la vuelta a la normalidad. Lleva, con sus compañeros y buena parte de la comarca de A Mariña detrás, casi un año en lucha para salvar la factoría de Alcoa, la joya industrial y laboral de la provincia. De momento, resisten.

-¿Cómo están de ánimos?

-El ánimo es bueno. Ahora estamos en un momento en que las cosas no dependen de nosotros; estamos en manos del Gobierno central y de la Xunta. Eso nos libera de las cargas que teníamos pero también nos deja un poco escépticos sobre lo que va a pasar. Llevamos un año y muchas promesas, pero aún no tenemos el comprador firmado. Estamos con fuerza y con ánimo, pero con escepticismo.

-¿Cual es la expectativa?

-Esperamos que el Gobierno acepte hacer política industrial activa y que se queden con parte de las acciones para poder tener un sillón en el consejo de administración.

-¿Para cuándo esperan una solución?

-Si no se acuerda una prórroga, el 30 de abril acaban las negociaciones para que Alcoa venda la planta a Liberty. Necesitamos que se llegue a ese acuerdo cuanto antes, para que la comarca vuelva a la normalidad. Pero también necesitamos que los pasos se den bien y sean sólidos.

-¿Qué tal duerme?

-Bien. Actualmente bastante bien. A mí me dijeron varias veces que iba a ser el presidente que cerrara la fábrica de San Cibrao, pero yo tengo la conciencia muy tranquila. Todos cometemos errores, pero nosotros somos unos obreros que hacemos lo posible para que los compañeros sigan trabajando. Lo que tiene que hacer el Gobierno yo no lo puedo hacer. Si esto sale mal, será culpa del Ministerio de Industria. Más allá ya no llegamos.

-Ustedes se han dejado notar mucho y han recabado muchos apoyos ¿también incomprensiones?

-Yo solo hablo de los que suman. De los que restan, no. Solo se quejan y no dan soluciones. Si uno no toma decisiones, si no es valiente, muere por inacción. Y esa no es nuestra situación. Nosotros decidimos salvar la planta, luchar por la comarca y morimos con nuestra idea.

-También han tenido victorias. No es habitual que un Tribunal Superior tumbe un ERE.

-Ese fue el único día que celebramos algo. Fue un gran alivio. Igual que será cuando volvamos a la normalidad y nos pongamos a producir aluminio, que es lo que queremos hacer.

-Harán una buena fiesta en ese caso.

-Yo soy bastante austero, en el buen sentido de la palabra. No me gustan mucho las fiestas. Lo que queremos es volver a la normalidad.

-Hasta hace algún tiempo, entrar en Alcoa era poco menos que un privilegio.

-Alcoa tiene unas condiciones laborales que en muchos otros sitios afectados por la desindustrialización ya no se tienen. El problema no está ahí. El principal es el precio energético porque, con el actual, el coste de producción no tiene sentido.

-Bueno, eso lo podría decir cualquiera. Todos consideramos que pagamos mucho por la energía.

-Es que deberían bajar el precio a todos. Mire, una persona entra en una frutería y coge naranjas, plátanos, kiwis... y le cobran toda la fruta al precio de la más cara. Ese es el precio de la luz, un auténtico robo.

-¿Es verdad que fue militar?

-Sí, fui soldado profesional cinco años.

-¿Qué tal la experiencia?

-Fue algo que me hizo abrir los ojos sobre lo que hay encima de la Tierra, que hay de todo.

-¿Le ha servido en esta lucha?

-Vivir experiencias duras sirve para todo. Para forjar el carácter de un hombre, o de una mujer, tienes que llevar muchos golpes. Estar en sitios difíciles y ver cosas penosas te sirve para valorar lo que realmente vale la pena.

-¿Dónde estuvo?

-En Bosnia.

-¿Por qué se metió en el comité?

-Siempre fui bastante reivindicativo y lo uno lleva a lo otro.

-¿Qué ha sido lo más difícil de este año?

-Difícil ha sido todo. Yo no doy nada por ganado hasta que estén las cosas firmadas.

-¿Y qué ha sido lo mejor?

-Le digo lo mismo. Hay que ser precavidos y tenemos que ser conscientes que la problemática con una multinacional tan potente no es fácil; estamos luchando contra un gigante, somos la pequeña aldea gala contra el imperio romano. Ellos pueden pensar 17 soluciones distintas según el momento. La comarca está sufriendo mucho con el covid así que me gustaría poder echar una mano cuanto antes a todas esas personas que nos han ayudado de una forma inmensa.

-Eso habrá sido reconfortante.

-Mucho. Tenemos una deuda histórica con ellos.

-¿Cómo se relaja?

-No puedo, necesito seguir en tensión hasta que esté solucionado el problema porque igual, si me relajo, me caigo.

-Defínase en pocas palabras.

-No me atrevo. Seguro que la gente piensa que soy muy testarudo. No sé, soy como soy.

-¿Tiene hijos?

-Un hijo y una hija.

-¿Qué le dicen cuando le ven en medio de los neumáticos ardiendo?

-Hace muchos años llevé a mi hija a una manifestación y me dijo: «Papá, estoy cansada de tanta manifestación, casi me quedo en el parque», ja, ja.

-¿Celta o Dépor?

-De ninguno de los dos. Si acaso del Candelaria, que es el equipo de Cervo.

-Dígame una canción.

-The End, de The Doors.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-La familia.