La supervivencia de las empresas, a merced del plan de rescate de 11.000 millones

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

Expertos esperan una escalada de la morosidad y las quiebras a partir de este mes con el fin de las moratorias

07 mar 2021 . Actualizado a las 20:14 h.

Solo quedan dos días para pasar el bisturí al nuevo plan de rescate de 11.000 millones de euros que anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado mes de febrero. Su intención es llevarlo al Consejo de Ministros del próximo martes, dejando al margen las reservas de algunos miembros del Ejecutivo, como la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, quien se ha manifestado en contra de regar con ayudas directas a cualquier empresa en riesgo de insolvencia. 

Existe el riesgo, muy alto, de que la inyección de fondos, obligue al Estado a asumir ingentes pérdidas si las empresas auxiliadas bajan la persiana. Pero voces como la del presidente del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, aseguran que el resultado de llegar tarde o llegar mal al rescate de las empresas, puede ser más perjudicial a largo plazo para la economía española. 

Es por ello que Sánchez ha decidido adelantar los plazos y no quedarse atrás con respecto a las redes de ayuda que han desplegado países vecinos como Francia y Alemania, donde los Gobiernos ya se están haciendo cargo de buena parte de las pérdidas y los gastos fijos de los negocios que han tenido que cerrar a causa de la pandemia y las medidas de restricción decretadas por las autoridades. 

España llega tarde y sin saber muy bien  -un año después de que se declarase la pandemia- cómo auxiliar al tejido productivo más allá de las moratorias y los créditos blandos del ICO. Por el momento se sabe que el plan se adentrará en terreno desconocido y contará con tres patas: ayudas directas canalizadas a través de las comunidades autónomas para las empresas cuya facturación se haya hundido en el 2019; la reestructuración de la deuda vinculada a los préstamos ICO y recapitalizaciones de negocios a través de un fondo similar al que gestiona la SEPI para las empresas estratégicas. 

En una entrevista en RNE Galicia, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha admitido que «no llega solo con los ERTE» porque aunque «son una herramienta fundamental, ahora mismo necesitamos más». A dos días de conocer los detalles del plan de rescate, Díaz trató de infundar ánimo a empresarios y trabajadores, a los que prometió ayudas directas «para pegar un último empujón y ser capaces de transitar estos meses durísimos».

Al llegar tarde, es probable que las ayudas resulten menos eficaces de lo que habrían sido si se hubieran aprobado a las puertas de la tercera ola, pero siguen siendo igual de necesarias y urgentes, según expertos consultores. PwC anticipa una escalada de la morosidad este mismo mes. Hasta ahora se había contenido, cerrando el 2020 en el 4,505 %, según datos del Banco de España, gracias a la moratoria concursal (exime a los negocios en riesgo de insolvencia de solicitar concurso hasta el 14 de marzo) y las líneas de préstamo del ICO, pero las cosas podrían cambiar a medida que expiren los plazos. El Gobierno tiene previsto ampliar esa moratoria, pero las consultoras temen que la fatiga y las deudas acumuladas empujen al cierre a muchos negocios. Hay al menos 130.000 pymes españolas al borde del concurso y 300.000 negocios que han recibido ayudas y siguen cerrados, necesitarán nuevas líneas de liquidez para poder sobrevivir. Al margen de lo que ocurra el próximo martes, al menos 200.000 tienen intención de exigir compensaciones al Estado por sus pérdidas y 150.000 a sus seguros, según reveló el último barómetro del Consejo General del Colegios de Gestores Administrativos.  

Morosidad al alza

PwC sugiere, según recoge Europa Press, que se está produciendo un cierto «embalsamiento» de las cifras de los deudores en dificultades, con el riesgo de que afloren de golpe a lo largo del 2021 y 2022. Según sus cálculos, la suma de moratorias y de los préstamos garantizados por el ICO supera los 170.000 millones de euros, el 14 % de la inversión crediticia total. Al sumar el 9 % de los préstamos que actualmente están considerados en riesgo, la cifra absoluta de la cartera crediticia que exige atención por parte de los bancos se dispara hasta los 280.000 millones de euros. La consultora explica que el grueso de los pagos asociados a esta «cartera covid» se reactivará previsiblemente entre los meses de marzo y septiembre del 2021, pues fue en esos meses del 2020 cuando se solicitaron la mayoría de las moratorias y de los avales del ICO. «Posiblemente el deshielo comenzará a producirse en marzo del 2021 porque muchos clientes se han acogido a moratorias y carencias en sus préstamos a un año, y fue en ese mes del 2020 cuando se empezaron a solicitar», apunta la firma, inquieta por la evolución de la pandemia y las restricciones a estas alturas del año, cuando la campaña de vacunación ya debería haber alcanzado velocidad de crucero: «La evolución reciente de la pandemia y las sucesivas medidas de contención adoptadas para frenarla, con el consiguiente impacto en la actividad económica, no permiten ser optimistas sobre la morosidad», reconoce en su informe.

De la misma opinión es el socio del área de servicios financieros de Bain & Company, Santiago Casanova, quien calcula que la subida de la morosidad comenzará a verse a partir del próximo mes. «Las medidas se pueden seguir extendiendo, pero con las fechas que hay sobre la mesa de fin de moratorias, se empezará a ver una subida en abril», ha indicado en declaraciones a Europa Press.

Escasas provisiones bancarias

Pablo Hernández de Cos advirtió recientemente de que la tasa de créditos dudosos crecerá de forma significativa en los próximos trimestres, «incluso en el escenario más benigno», por eso ha instado a los bancos a estudiar sus balances y aumentar provisiones, por lo que pudiera venir. También se ha mostrado escéptico con la posibilidad de aplicar quitas, porque podrían desencadenar otra crisis financiera

El colchón de capital de los bancos sigue aumentando. En el 2020 se armaron con 5.000 millones de euros más en previsión de un empeoramiento de la situación macroeconómica. Según PwC, esto equivale a pensar que el nivel de morosidad crecerá hasta el 7,5 %. «Las autoridades supervisoras tienden a pensar que los bancos se han quedado cortos», advierte la consultora.

En un informe emitido esta semana, Credit Suisse sostiene que la banca española tendrá que incrementar aún más las provisiones contra las insolvencias, tanto si se amplía el plazo de vencimiento de los avales ICO como si se produce una condonación de deuda.