El Corte Inglés prepara un ajuste histórico de empleo de hasta 3.000 personas

Ana Balseiro
ANA BALSEIRO MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

EL CORTE INGLES

Mañana comunicará a los sindicatos que serán bajas incentivadas voluntarias, no despidos

26 feb 2021 . Actualizado a las 19:12 h.

La depresión económica y la caída de las compras físicas provocadas por la crisis sanitaria le pasan factura a El Corte Inglés, que necesita adecuar su negocio y estructura a la situación y los nuevos hábitos de los consumidores. Por ello, el gigante español de la distribución prepara el mayor ajuste de empleo de su historia, que supondrá la salida de hasta 3.000 personas, lo que se traduce en el 3 % de la plantilla total del grupo (de 90.000 personas) y en el 5 % si se contabilizan solo los 60.000 empleados de los grandes almacenes. En Galicia, los diferentes centros de la compañía emplean a un total de 2.500 personas.

Según explicaron este viernes fuentes conocedoras de la decisión, en ningún caso se tratará de despidos. Serán bajas incentivadas voluntarias, a las que podrán acogerse todos los interesados, mientras que la dirección tendrá la última palabra para aceptarlas.

El máximo del ajuste alcanzará los 3.000 empleados, de los que 2.500 corresponderán a trabajadores de los centros comerciales y los 500 restantes a los de los servicios corporativos. La dirección del grupo que preside Marta Álvarez se reúne este sábado con los sindicatos para presentarles el plan de ajuste y, una vez constituida la mesa de negociación, pactar las condiciones que se ofrecerán, que no serán las prejubilaciones que, por ejemplo, suele usar la banca.

No habrá despidos

Sobre la fórmula jurídica que adoptará el ajuste —incluyendo la posibilidad de que sea un ERE—, dirigido a todos los trabajadores fijos de la empresa, las mismas fuentes conocedoras de la situación declinaron pronunciarse, limitándose a subrayar que no se despedirá a nadie.

El objetivo que persigue El Corte Inglés es adaptarse a las nuevas circunstancias y adecuar los recursos de la empresa a las necesidades actuales en un contexto marcado por el covid. Cabe recordar que cuando estalló la crisis sanitaria, en marzo del pasado año, la empresa presentó un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por causa de fuerza mayor para 25.900 empleados, después de que el Ejecutivo decretara el estado de alarma para contener la expansión del virus y la actividad económica se redujera únicamente a los servicios considerados esenciales.

El ERTE afectó a casi un 30 % de la plantilla del grupo: 22.000 trabajadores de los grandes almacenes, otros 2.000 de la cadena de moda Sfera y 1.900 más de Viajes El Corte Inglés. Durante el confinamiento y las restricciones únicamente mantuvo en funcionamiento las áreas de alimentación y de productos de primera necesidad.

Estas circunstancias tiñeron de rojo su resultados: de marzo a mayo (primer trimestre de su ejercicio fiscal) la corporación perdió más de 500 millones de euros. En el segundo trimestre —de junio a agosto— recuperó el verde, ya que el ebitda (beneficio operativo, antes de impuestos y otras correcciones) se elevó a 64 millones de euros, gracias a la reapertura de las tiendas y a la venta online. Precisamente este canal disparó su facturación en ese período un 124 %. La cifra de negocio consolidada durante el período se situó en 2.817 millones, con un beneficio bruto de 811 millones de euros.

Ajuste histórico

Con todo, este ajuste de plantilla es el mayor de la historia de los grandes almacenes, después del ejecutado por el expresidente, Dimas Gimeno, que supuso la salida de 1.340 empleados, pese a recibir el doble de peticiones, dadas las ventajosas condiciones aplicadas: una indemnización media de 110.000 euros para los mayores de 58 años, que percibirán el 70 % de su sueldo hasta su jubilación.

Las bajas incentivadas se suman al plan de reestructuración o cierre de algunos centros comerciales de la cadena que no resultan rentables, o la apuesta por reforzar el canal digital de ventas, para competir con otros gigantes como Amazon.