De negocio a vivienda, obligados por la crisis que deja tras de sí la pandemia

Sara Cabrero
Sara Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ALBERTO LÓPEZ

Galicia acumula ya cerca de 7.500 bajos comerciales vacíos

13 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El auge del comercio electrónico llevaba ya unos años vaciando los bajos comerciales del centro de las urbes gallegas. Y el covid ha sido la puntilla que ha terminado por rematar al sector. Cientos de comercios bajarán la persiana de forma definitiva en los próximos meses dejando tras de sí zonas comerciales fantasmales y cambiando por completo el paisaje urbano. Pero ya hay quien ha encontrado una segunda vida para esos comercios.

Algunos gallegos han decidido mudarse a una antigua zapatería, al local que antes ocupaba una pequeña tienda de comestibles de barrio o a otro tipo de bajos comerciales. Es una opción que empieza a ganar cierto impulso sobre todo por el reducido coste que entrañan estas inversiones y por la necesidad de buscar un nuevo uso a unos inmuebles que, en caso de no subirse a este tren, estarían condenados al olvido. «En los últimos años hemos visto un creciente volumen de oferta, es decir, cada vez nos encontramos con más locales comerciales vacíos por el efecto que ha tenido en el consumo el comercio electrónico. Son cada vez más los propietarios que intentan deshacerse de su local porque se encuentran ante la imposibilidad de dar liquidez a esos activos», explica Guillermo Preckler, consejero delegado de Brickbro, una startup que precisamente centra su actividad en la compra de locales comerciales en desuso para reformarlos y ponerlos nuevamente a la venta con otro fin diferente al que tenían en un principio.

Para entender un poco la magnitud del problema, el directivo de Brickbro resume algunas cifras: «A cierre del 2019, en Barcelona ciudad había cerca de 10.000 locales vacíos, mientras que en Madrid la cifra ascendía a los 14.000. Y, tras la pandemia, estimamos que esos números van a crecer un 30 %». Actualmente centran su actividad en Barcelona y Madrid, donde más demanda hay de este tipo de servicios. Pero reconoce Preckler que cada vez son más las consultas que les llegan de urbes más pequeñas y, sobre todo, de la España vaciada. Antiguas sucursales bancarias que llevan años con la persiana bajada o tiendas pequeñas que antaño surtían al pueblo buscan una segunda vida como vivienda y también como oficinas para atraer a posibles teletrabajadores.

Pero no todos los espacios pueden ser reconvertidos. Los bajos que aspiren a una nueva vida como vivienda deben tener suficiente luz natural y un sistema adecuado de ventilación. Explica Preckler que, además, el principal escollo con que se encuentra esta opción está, precisamente, en la Administración: «Como inversión es muy interesante. Eso sí, existe el riesgo de que no te concedan el cambio de uso comercial a residencial. Por eso, la mayor parte de la gente que opta por este tipo de inmuebles son inversores que tienen el dinero y no les importa esperar ocho o diez meses a que les concedan la licencia. Solo buscan una buena rentabilidad». También coincide en los riesgos que entrañan este tipo de inversiones Benito Iglesias, presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein): «Los trámites urbanísticos y burocráticos para transformar un local comercial en vivienda residencial no son nada sencillos y cuando se opta por comprar un bajo se debe de tener en cuenta que existen muchas posibilidades de que se deniegue el cambio».

Explica Iglesias que en Galicia, esta opción todavía es residual, pero sí que admite que está empezando a crecer. De hecho, ciudades como Ferrol o Santiago ya cuentan con varios bajos en proceso de rehabilitación. Iglesias incide en la necesidad de buscar solución a un problema que no para de crecer. Porque, según las cifras que maneja Fegein, en Galicia hay actualmente unos 7.500 bajos comerciales vacíos. La provincia de Pontevedra acumula la mayor parte, con 2.500 inmuebles con la persiana bajada. Le sigue muy de cerca A Coruña, con 2.450. Por su parte, Ourense, acumula 2.000 locales sin uso, mientras que Lugo tiene unos 550. «La actual situación económica, sumada a un auge sin precedentes del comercio online, agravará en varios miles los cierres en el sector del comercio y la hostelería. Esto hará que la oferta de bajos comerciales aumente en el primer semestre del 2021 entre un 10 y un 15 %», resume Iglesias.

Perfil

Preckler asegura que más allá de los inversores también existen ciudadanos de a pie que optan por estos inmuebles: «A nivel particular, hay mucha demanda por ejemplo entre divorciados, gente que a lo mejor no puede acceder a una vivienda del circuito tradicional y busca alternativas. También encontramos gente joven y muchos padres que buscan este tipo de inmuebles para sus hijos estudiantes», resume el experto. Hay otro grupo que resalta de manera importante: «Nos hemos topado con muchos compradores mayores que se lanzan por los accesos que ofrecen ya que no tienen que subir escaleras».