Los chinos dueños de Albo, primeros colonos del puerto seco de Vigo tras 20 años en obras

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso DATA / AGENCIA

ECONOMÍA

M.Moralejo

Invierten 30 millones en una conservera para producir 100 toneladas diarias

14 feb 2021 . Actualizado a las 16:26 h.

Hace cinco años, el grupo pesquero chino Shanghai Keichuang depositó 61 millones en un banco de Vigo y se hizo con el 100 % de las acciones de Hijos de Carlos Albo. Desde su entrada en la conservera viguesa, los asiáticos tuvieron claro que la expansión comercial a la que aspiran no iban a poder hacerla con las instalaciones actuales en la zona de Beiramar (Vigo), que ocupa en régimen de alquiler. Eligieron por crecer en Galicia, y ayer hicieron historia no solo por poner la primera piedra de una nueva planta valorada en 30 millones de inversión, sino por hacerlo en la Plataforma Logística de Salvaterra-As Neves (Plisan), también conocida como puerto seco de Vigo, lo que convierte a la multinacional china en la primera propietaria en instalarse en este desértico polígono industrial que se comenzó a construir hace 20 años. La nueva fábrica, cuyo período de ejecución es de un año y medio, tendrá una capacidad de producción de hasta 100 toneladas al día, aportará una mayor capacidad de almacenaje y producción, y contará con 200 puestos de trabajo a los que se prevé que se sumen 25 empleos nuevos. «Con el apoyo de las instituciones vamos a conseguir un nuevo hito: hacer más sólida y prestigiosa la marca Albo y seguir contribuyendo al tejido industrial gallego», dijo Yong Wuang, consejero de Albo, ayer en el acto de colocación de la primera piedra de la planta.

Allí estaba el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, que se refirió al proyecto de Albo como «un ejemplo del compromiso de la Administración autonómica con el tejido empresarial de la comunidad», al declarar la obra una iniciativa empresarial prioritaria, lo que permitió reducir el proceso de tramitación a la mitad. Feijoo avanzó que la ley de simplificación administrativa y reactivación económica se aprobará este mismo mes de febrero, y aprovechó para animar a los ayuntamientos a conceder licencias exprés «para seguir atrayendo inversiones a la comunidad». Shanghai Keichuang, integrada en el gigante asiático de la distribución Bright Food, tiene en su plan estratégico hacer llegar la marca Albo, fabricada en Galicia, a millones de hogares de consumidores asiáticos y multiplicar su producción. Tiene potencial para ello: su red de distribución cuenta con más de 100.000 puntos de venta solo en China. La conservera, cuyas ventas sumaban 86,6 millones de euros en el 2015, año que pasó a manos de Shanghai Keichuang, cerró el 2020 rondando la barrera de los 100 millones de euros.