El número de gallegos que teletrabajan cae a la mitad desde el final de la primera ola
ECONOMÍA

Pese a la delicada situación sanitaria, solo uno de cada quince ocupados presta servicios desde casa
04 feb 2021 . Actualizado a las 17:47 h.Que el teletrabajo haya venido para quedarse no está tan claro a la luz de los datos. Y es que un estudio de la empresa de recursos humanos Randstad constata que la cifra de ocupados gallegos que trabajan de forma habitual desde sus domicilios (es decir, que prestan servicios en remoto más de la mitad de los días de su jornada semanal) ha caído a la mitad desde el fin del confinamiento domiciliario de la pasada primavera. En concreto, y recogiendo los datos de la encuesta de población activa (EPA) que publica el INE, la consultora cifra en 70.300 los teletrabajadores que quedaban en la comunidad en el cuarto trimestre del año pasado, cifra que contrasta con los más de 145.000 que llegó a haber en el primer pico de la pandemia, lo que se traduce en un descenso del 51,5 % en apenas seis meses, quince puntos superior al ajuste nacional (del 36,2 %).
La tasa de teletrabajo es muy inferior en la comunidad, donde solo un 6,5 % de los ocupados presta servicio desde casa, mientras que en la media de España son casi uno de cada diez (9,9 %). En total, hay en el país 1.923.800 profesionales que se conectan a sus oficinas en remoto más de la mitad de los días, aunque más de otro millón ha vuelto a la actividad presencial desde el verano.
«Desde los meses más duros de la pandemia, advertimos una caída progresiva del número de profesionales que teletrabajan en nuestro país. Es una mala noticia ya que, en la grave situación epidemiológica que estamos padeciendo actualmente, muchas empresas no han activado planes de teletrabajo que deberían haber diseñado tras el aprendizaje de la primera oleada», asegura Valentín Bote, director de Randstad Research.
A pesar de la caída en los últimos meses, el volumen de profesionales que teletrabajan de manera habitual duplica de largo los registros anteriores a la pandemia. En el 2019, por ejemplo, había menos de un millón de ocupados (951.800) prestando servicios en remoto.
Los datos del INE muestran una diferencia acusada en el volumen de teletrabajo tanto por sexo (la tasa de trabajo a distancia es inferior entre los hombres), edad (los ocupados de 25 a 45 años son los que más recurren a esta modalidad de prestación de servicios) como, especialmente, por ubicación. Y es que hay acusadas diferencias regionales en la implantación del teletrabajo, mucho más extendido en Cataluña y Madrid. En esta última comunidad, casi uno de cada cinco ocupados (un 18,9 %) presta servicios habitualmente desde su domicilio, una tasa que triplica la gallega. Extremadura, donde solo uno de cada veinte ocupados trabaja a distancia, es la comunidad con un mayor presencialismo laboral.