Abanca ganó 160 millones tras dedicar 273 a provisiones en el año del covid

Ana Balseiro
ANA BALSEIRO MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

XOAN A. SOLER

Escotet no descarta sumar más compras a las cinco de los últimos ejercicios

03 feb 2021 . Actualizado a las 20:32 h.

Pese a las dificultades del 2020, un año «especialmente complejo» en el que la crisis sanitaria paralizó la economía global, la fortaleza de Abanca no se ha resentido. Así lo señaló este miércoles el presidente de la entidad gallega, Juan Carlos Escotet, durante la presentación de los resultados del ejercicio, que cerró ganando 160 millones de euros tras provisionar otros 273.

Aunque el beneficio atribuido cae un 60,5 % comparado con el año anterior, la cuantía destinada a cubrirse frente a potenciales reveses futuros hacen que Abanca afronte este año desde una posición de «solidez» y confíe en superar la crisis con un impacto mínimo.

En ese sentido, Escotet, que se mostró «especialmente orgulloso» del trabajo realizado en un año tan complejo, relató las fortalezas de la entidad frente a los rejones de la crisis sanitaria, destacando la calidad de sus activos. Así subrayó que durante el 2020 se priorizó dar la máxima cobertura a los créditos morosos (elevándola hasta el 81,2 %) y a mejorar la mora, que bajó seis décimas, hasta el 2 % -la mitad que la del conjunto del sistema financiero español y a distancia del 2,9 % europeo-. A lo anterior contribuyó la venta de una cartera de 250 millones de euros.

Tanto el presidente como el consejero delegado, Francisco Botas, abundaron en el «robusto» crecimiento del margen financiero, que se elevó casi un 12 %, y de los ingresos por comisiones (14 % más), que se tradujeron en un aumento del 12,4 % en el margen básico. También los depósitos subieron un 11,3 %.

Contención del gasto y sinergias

Asimismo, el buen comportamiento de los ingresos -consecuencia de la confianza de los clientes en la entidad, como apuntaron- se potencia aún más con la contención de los gastos, que experimentaron un crecimiento del 3,9 % gracias a la implantación de medidas de eficiencia y a las sinergias de las integraciones realizadas en los últimos años. La más reciente, la del banco vasco Bankoa, que ha disparado el volumen de negocio del grupo por encima de los 95.000 millones de euros.

«Las cinco integraciones realizadas en los últimos años comienzan a rendir fruto, de forma que las mejoras de rendimiento triplican a los gastos», destacó el presidente, que reiteró que, pese al fracaso con Liberbank, no descarta nuevas compras. «No hemos perdido el tren. No lo vemos así. Hemos hecho cinco integraciones, y aunque nos habría gustado que fueran de mayor volumen de negocio, no descartamos nuevas alternativas. Veremos todas las oportunidades que surjan», apuntó, incidiendo en que, más que el tamaño, les preocupa que las compras encajen con su modelo de negocio y gobernanza: «Queremos que sean verdaderamente complementarias».

A este respecto, Botas recordó que la posición de liquidez de Abanca es «muy muy holgada», lo que facilita que pueda crecer vía adquisiciones. «Casi alcanzamos los 13.500 millones, fundamentados sobre los depósitos minoristas», destacó.

La entidad descarta otra crisis financiera y destaca la mayor resiliencia de la economía gallega

Durante la presentación de los resultados anuales, los ejecutivos del banco gallego se refirieron especialmente a la situación diferencial de Galicia en esta crisis. Destacaron que la comunidad —«donde está el core de nuestro negocio», como indicó Escotet— ha demostrado tener una mayor resiliencia, «más que el conjunto del país, según muestran los indicadores macroeconómicos». Desde la evolución del empleo hasta el avance del PIB, Galicia ha tenido mejores resultados que la media española.

Desde el banco gallego también descartaron que, pese al golpe que está suponiendo la pandemia, el sector financiero vaya camino de una nueva crisis, como la del 2008. «Esta situación difiere de la crisis del ladrillo», sostuvo Escotet, en referencia a los niveles de capital y solvencia y al modelo de riesgo y gobernanza. «Todo habla de un sistema bancario perfectamente preparado para enfrentar los retos actuales», sentenció.

Un millón de clientes digitales

Otro de los ejes impulsados por el banco durante el pasado año fue el de la digitalización. Botas destacó que las transacciones digitales crecieron un 50 % y que suponen ya casi dos tercios del total, mientras que el número de clientes conectados a la banca móvil subió un 22 %, alcanzando el millón de personas.

Paralelamente al uso creciente de la tecnología surgen nuevos hábitos de consumo, como lo refleja que el uso del efectivo haya caído un 27 %, mientras que el pago electrónico repunta. Tanto es así, que el número de tarjetas en circulación ha crecido un 11 % y el de terminales de punto de venta (TPV) un 13 %.

Los créditos ICO evitarán la subida de la mora porque financiaron a empresas sanas antes del covid

Preguntado sobre la posibilidad de un aumento de la mora en los próximos meses, como consecuencia del impacto de la crisis en empresas y hogares, Escotet minimizó el riesgo, destacando que Abanca ha sido «bastante prudente» con las dotaciones y el nivel de cobertura para «anticiparse» a un escenario así. «No necesariamente creemos que la mora tenga que ser tan elevada como algunas opiniones en el mercado reflejan», añadió.

En cualquier caso, sostuvo que los créditos ICO van a evitar el repunte de la morosidad, puesto que «la mayoría de los clientes, su práctica totalidad, estaban en una situación normal» antes de la crisis sanitaria. El año pasado Abanca concedió más de 3.100 millones de financiación con aval del ICO (1.754 para pymes y autónomos y 1.374 a empresas), a lo que se suman otros 1.275 millones en moratorias de pagos, de las que 802 millones corresponden a hipotecas (el 5,6 % de la cartera). «Han tenido un quebranto, pero con las condiciones de carencia y el plazo de amortización debería ser suficiente».

Advirtió, sin embargo, que todo dependerá de cómo se gestione la vacunación y de que se retorne al camino del crecimiento en el segundo semestre.

«Nuestra percepción es que estamos en situación de poder gestionar sin mayores consecuencias los posibles incrementos que pueda haber en la mora, igual que ocurrirá con la mayoría del sector bancario», indicó el banquero, para incidir en que esta crisis ha cogido a las entidades «mejor preparadas y capitalizadas, pese a la severidad del momento», lo que hará que el incremento del coste de riesgo «no sea muy relevante».