
A pesar de la enorme liquidez en el mercado, no se fían y optan por protegerse de los impagos
29 ene 2021 . Actualizado a las 11:12 h.Ni préstamos para adquirir vivienda, ni para consumo ni para hacer frente a gastos corrientes de la empresa durante las restricciones. Los bancos se han ido cerrado en banda a lo largo del último semestre del 2020 ante el riesgo de deteriorar sus balances con préstamos que no saben si recuperarán alguna vez. La pandemia ha dejado muy tocadas a familias y empresas. Y lo peor podría estar por llegar, según los expertos, quienes creen que la retirada gradual de moratorias y ayudas públicas dejará al desnudo el verdadero impacto de la crisis en la economía.
Los bancos aprendieron la lección de la última crisis y quieren reducir los riesgos para lo que pueda venir. De ahí que, a pesar del dinero barato que ha estado bombeando el Banco Central Europeo (BCE) y de los créditos ICO desplegados por el Estado, los bajos tipos de interés y las mejores condiciones de financiación no hayan impulsado el crédito. Hay un cortocircuito en la correa de transmisión a la economía real: «Se aprecian signos de un cierto endurecimiento en los criterios de concesión de préstamos,vinculados a la mayor preocupación de las entidades financieras por los riesgos», admite el Banco de España en informe publicado esta mañana. Y esto tiene que ver con la el incipiente ascenso de la morosidad: «El descenso del crédito dudoso observado en los años previos se ha desacelerado en el 2020 de forma generalizada entre carteras, y se observan repuntes en carteras específicas como las vinculadas al crédito para consumo», señala el organismo. La situación todavía no es extrema. En términos interanuales, la morosidad incluso ha descendido. Pero lo ha hecho gracias a la disponibilidad de avales públicos al crédito. El riesgo, por tanto, lo asume el Estado. Pero incluso el grifo de liquidez pública se ha ido cerrando en los seis últimos meses del 2020: «Ha moderado su crecimiento y se ha observado también una estabilización del volumen de crédito sujeto a moratorias vigentes».
Expectativas bajas
¿A quién afecta el cierre de compuertas? A las familias y las empresas. «El incremento de los riesgos percibidos por parte de las entidades financieras se habría reflejado en un aumento de la proporción de préstamos denegados en el cuarto trimestre del 2020, en todos los segmentos de crédito», reza el documento, en el que se señala que las entidades financieras auguran «peores expectativas sobre la actividad económica general». El cierre progresivo del grifo coincide, de forma paradójica, con la caída de la demanda, al menos entre las empresas.
¿Qué hay detrás de este descenso? Podrían ser muchas las causas en función de la situación patrimonial heredada del confinamiento. Si bien es cierto que algunas empresas mejoraron sus ingresos en la temporada estival, con la reapertura, hubo otras que tuvieron que cerrar definitivamente, así que optaron por no seguir pidiendo préstamos. Según los datos de Registradores de España, el número de empresas que se dieron de baja en el segundo semestre del año fue en aumento desde las 501 del mes de abril hasta las 4.099 en el mes de diciembre. También hubo un aumento progresivo en la segunda mitad del año de las declaraciones concursales, pasando de las 44 de abril a las 444 de noviembre y las 395 de diciembre. El Banco de España apunta también a otro factor: el uso de los enormes colchones de liquidez que se abrieron en los meses del confinamiento y a la extensión en los plazos de vencimiento (36.700 millones de euros concedidos hasta septiembre estaban bajo solicitud de moratoria). En cualquier caso, muestra su preocupación por el debilitamiento de la capacidad de las entidades financieras de ofrecer crédito a partir del tercer trimestre.
De los 268.000 millones de euros en crédito nuevo inyectados para la actividad productiva que se concedieron entre marzo y noviembre, el 40 % fueron canalizados a través del ICO. La financiación en los mercados de capitales también perdió dinamismo a partir del tercer trimestre del año, a las puertas de la segunda ola. Por sectores, es el inmobiliario donde se aceleró más la caída del crédito (3,6 % en el mes de septiembre). La hostelería, por el contrario, se anotaba un incremento del 30,6 % interanual. Si bien es cierto que el deterioro de la situación sanitaria y la perspectiva de nuevos cierres, hizo que el flujo de liquidez fuera menguando hasta el mes de diciembre. Al cierre del 2020 las empresas habían accedido a 114.000 millones de euros a través de los programas de avales del ICO.
En cuanto a los familias, la contención en la demanda de crédito en los últimos meses estuvo motivada por los programas de moratorias que «están tendiendo a moderar las necesidades de financiación de los hogares».
Morosidad
Si bien el aumento de la morosidad se pudo mantener a raya gracias a la inyección de ayudas públcas, el Banco de España destaca el aumento del crédito dudoso en el sector de la hostelería, actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento (1,4% en tasa interanual), a pesar de la caída registrada en este sector en el tercer trimestre (?1,6%), que no fue suficiente para compensar el elevado aumento —cercano al 15%— observado entre marzo y junio.