Feijoo achaca el cierre de la térmica de As Pontes a una transición energética «inxusta e desordenada»

ECONOMÍA

JOSE PARDO

Considera que la única solución para evitar el peor escenario es que el Gobierno central flexibilice que su posición para rebajar los costes de las emisiones de CO2

21 ene 2021 . Actualizado a las 17:35 h.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, atribuyó este jueves «unha mistura» de facturas el anuncio del apagado de la central térmica de As Pontesa realizado por Endesa, pues considera que es el resultado de haber promovido una «transición enerxética inxusta e desordenada», que se combina con una decisión vehemente de la propia eléctrica, que después de haber invertido 200 millones de euros para mantener la planta operativa, se encuentra con que el Gobierno central «non quer diminuir os custos das emisións de CO2».

Las responsabilidades que esboza Feijoo apuntan, en ambos casos, hacia el Ejecutivo de Pedro Sánchez y creo que la situación ahora mismo «pinta francamente mal». De hecho, puso de relieve que si el Gobierno central no se aviene a «flexibilizar» sus previsiones para hacer «unha transición xusta e non inxusta e unha transición ordenada e non desordenada», entonces se puede producir el peor desenlace, que es el cierre, con una consecuencias que pagarían los trabajadores, una comarca entera y también la capacidad energética nacional, pues se perdería la batería más grande del sistema energético español.

En la comparecencia posterior a la reunión del Gobierno gallego, Feijoo también deslizó algún reproche hacia Endesa, al argüir que el anuncio del cierre de la térmica fue notificado «unilateralmente» antes de conocer las conclusiones sobre las pruebas que se estaban haciendo en la central para generar energía utilizando lodos de manera combinada con carbón y gas. Es más, dijo que la compañía trasladó sus «disculpas» por no comunicar antes su decisión, y decidió «volver a sentarse» en el grupo de trabajo para evaluar los costes de este novedosos proceso de generación para ver si puede representar una alternativa de futuro. Es el único resquicio que apuntó Feijoo el mandatario autonómico para que se pueda mantener la térmica, pero eso requeriría —insistió— una mayor flexibilidad de la política energética del Gobierno.