El covid-19 pone en peligro las pensiones futuras

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

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La OCDE alerta de que facilitar la jubilación anticipada compromete el sistema a largo plazo

07 dic 2020 . Actualizado a las 21:42 h.

No cabe duda de que el covid-19 es una amenaza para las pensiones. Así lo cree la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que en un informe publicado esta mañana alerta de que «la crisis sanitaria y económica está incrementando el riesgo de que la gente no sea capaz de ahorrar lo suficiente para su jubilación»

Sistemas de pensiones como el español ya arrastraban graves desequilibrios antes del estallido de la crisis, con déficits que se iban cubriendo año a año, ya fuera porque siempre se echaba la mano a la hucha de las pensiones para otros gastos bien porque, como admiten los actuarios, los jubilados españoles perciben un 51 % más de los que les correspondería. A los problemas generados por el vuelco demográfico -la tasa de sustitución en el mercado laboral es cada vez más baja-, se suman ahora los efectos del covid-19 que se traducirán en unas pensiones más escasas para quienes se han retirado este año antes de tiempo y en un mayor desequilibrio en las cuentas. ¿Por qué? El aumento del desempleo y la ruptura que han provocado los ERTE (con sus respectivas exenciones a la cotización) en el vaso comunicante entre mercado laboral y la hucha de las pensiones exigirán al Estado más endeudamiento o un recorte a futuro de las prestaciones. No obstante, sin este paraguas de protección, se habrían perdido muchos más puestos de trabajo con sus consecuentes cotizaciones. 

El escenario que describe la OCDE no es nada halagüeño y cree que las medidas «bienintencionadas» y a corto plazo de algunos Gobiernos como el español, que permitió acceder a los ahorros de la pensión antes de tiempo a las personas que necesitaban cierto «alivio» financiero durante la pandemia o interrumpir las aportaciones a los fondos, «probablemente irán en detrimento de las futuras jubilaciones, particularmente (en los países) donde su acceso es amplio e incondicional». A pesar de que la OCDE cree que será perjudicial, su impacto ha sido mínimo porque solo hubo 6.000 peticiones de retirada de fondos hasta el mes de julio y 37.000 jubilaciones anticipadas. 

Aumento de la mortalidad

Los efectos no solo se notarán a la larga, los sistemas de pensiones del conjunto de la OCDE experimentarán este 2020 un déficit del 1,1 % del PIB, frente al 0,1 % previo. Ni siquiera el aumento de la mortalidad (creció un 6 % en la UE) entre los ancianos, el colectivo más golpeado por la pandemia, supondrá un menor peso para las pensiones. Según el organismo, su impacto es muy limitado (si es que los contagiados en activo no experimentan una reducción de su esperanza de vida, algo que no se puede estimar todavía). Entre enero y septiembre de este año el exceso de muertes en 24 países europeos ha pasado de los 69.000 en el 2019 a los 220.000 en el 2020. Se trata del 0,2 % de las gente que tendrá más de 65 años al finalizar el año.

Eliminar incentivos al retiro anticipado

Puesto que el aumento de la deuda y las dificultades para recuperar el volumen de empleo anterior a la crisis presionará los sistemas de pensiones, la OCDE propone a los países que eliminen todos los incentivos a la jubilación anticipada y que esta posibilidad solo extienda como «medida de último recurso basada en circunstancias personales excepcionales». Además insta a los Gobiernos a hacer un estudio en profundidad de cómo reformular los sistemas para adaptarlos a los cambios profundos que sufrirá el mercado laboral en las próximas décadas. Por eso el organismo apunta con el dedo hacia los sistemas de capitalización. «Hay que asegurarse de que la gente sigue ahorrando en sus planes y no vende activos materializando pérdidas cuando el mercado fluctúa», señalan sus expertos, quienes creen que además de acompañar a los ciudadanos hacia los fondos de pensiones, habría que desarrollar un marco regulatorio para informar de los perfiles de riesgo tanto del futuro pensionista como de la inversión por la que apuesta.

El covid-19 también se ha cebado con esos fondos que llegaron a perder hasta un 10 % de su capitalización en el primer trimestre del año, arrastrados por la crisis. No obstante, la OCDE cree que si fondos y participantes mantienen sus estrategias de inversión y no retiran dinero, podrían recuperar los niveles previos a la crisis. 

Subidas en cuestión

Aunque el informe no valora abiertamente medidas de gasto corriente como la subida de las pensiones acordada por el Gobierno español para el 2021, sí pone el énfasis en que los jubilados de hoy no son ni mucho menos el colectivo más vulnerable a la crisis. Todo lo contrario: «Los jubilados generalmente sufren pérdidas de ingresos menores durante las crisis económicas que el resto de la población trabajadora», señalan sus expertos, quienes hacen hincapié en que «su situación relativa tiende a mejorar temporalmente». La conclusión es clara para la OCDE: se protegen más las pensiones que los salarios.