La empresa vira hacia el negocio verde para el que buscará otro socio minoritario
26 nov 2020 . Actualizado a las 20:27 h.Repsol tiene nuevo plan estratégico para el período 2021-2025, en el que incluye inversiones de 18.000 millones. Aunque la empresa irá con pies de plomo ante la incertidumbre que planea sobre la recuperación económica. Para hacer frente a «ese complicado entorno», la petrolera ha dividido el plan en dos fases. La primera comprenderá los años 2021 y 2022, los que la compañía entiende que tardará la economía mundial en reaccionar al golpe del coronavirus. Durante ese tiempo, el grupo dirigido por Josu Jon Imaz «priorizará medidas de eficiencia, reducción de inversiones y optimización del capital» para asegurar su «fortaleza financiera». La empresa continuará así con un plan de contingencia y ajustes puesto en marcha en marzo pasado, cuando estalló la pandemia, con el que habrá ahorrado este año 2.400 millones. Entre otras medidas, recortó inversiones por importe de 1.000 millones.
Sin embargo, aunque pliegue algo las alas durante los dos primeros años del plan, eso no significa que la petrolera no vaya a ir preparando el terreno para acelerar su crecimiento a partir del 2023, si se cumplen todas sus previsiones. Así, durante la primera fase del plan desarrollará proyectos para avanzar en la transición energética, como los anunciados para las refinerías de Bilbao y Cartagena (donde fabricará hidrógeno verde) y ampliar su capacidad de generación renovable. De hecho, la petrolera cambiará su modelo operativo, en el que ganará peso su actividad como productora de energía eléctrica o renovable o baja en emisiones (ciclos combinados de gas), para lo que dará entrada a socios o inversores, e incluso se plantea la salida a bolsa de la división renovable, «lo que supondrá un importante impulso para la consecución de objetivos y garantizará un mayor retorno de nuestras operaciones». Imaz avanzó que esperan captar 1.400 millones con esa operación, que se producirá en los dos primeros años del plan.
Necesitamos gas, el gas es lo que permite el desarrollo de las renovables
Las inversiones en iniciativas bajas en carbono sumarán 5.500 millones entre el 2021 y el 2025, un 30 % del total, de los cuales, 4.000 millones se dedicarán a generación renovable, e irán acompañados de una expansión internacional. La petrolera maneja una cartera de proyectos en operación, que entre el 2020 y el 2025 se incrementará a un ritmo superior a los 500 megavatios anuales. Entre los previstos en España está la ampliación de la capacidad de una central hidroeléctrica de bombeo en Cantabria (la de Aguayo), con 700 millones de inversión.
Sus siete refinerías en España (una de ellas, en Galicia) se convertirán en «hubs multienergéticos, capaces de generar productos de baja o nula huella de carbono y de impulsar nuevos modelos de negocio basados en la digitalización y la tecnología». El área industrial «realizará esta transformación de manera rentable, sin aumentar las inversiones, que se mantendrán de media en 900 millones anuales», explica la compañía en el plan.
De la división de exploración y producción petrolífera (upstream) no reniegan. Imaz aseguró que el negocio del petróleo y del gas «seguirá existiendo» aunque «bajo ese foco de sostenibilidad y descarbonización». Añadió que «necesitamos gas, el gas es lo que permite el desarrollo de las renovables» como respaldo.
Imaz: «Defenderemos la industria en España con uñas y dientes»
«Defenderemos la industria en España con uñas y dientes», aseguró el consejero delegado de Repsol, quien detalló que aquí desplegará más del 40 % de su plan inversor: 7.700 millones. Josu Jon Imaz señaló que esa apuesta ayudará a «reforzar la competitividad de la industria española y la descarbonización». Pero no descartó ajustes puntuales en la plantilla del grupo con el fin de «ser más eficientes», aunque lo harán desde «el diálogo con los interlocutores sociales y tratando de alcanzar acuerdos». Precisamente, delegados de CC.OO. y UGT se manifestaron este jueves ante la sede de la petrolera en Madrid para protestar porque la empresa no los ha tenido en cuenta para elaborar ese plan estratégico y por su política de recorte de costes.
Tras la presentación del nuevo plan, la acción de Repsol se desplomó un 3,5 % por el recorte del dividendo en el 2021.