El BCE alerta de una crisis en bucle entre la economía real y el sistema financiero

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

DPA vía Europa Press

Urge a crear un banco malo europeo para absorber los activos de riesgo que hereden las entidades

25 nov 2020 . Actualizado a las 16:42 h.

Europa revive el episodio de la crisis financiera del 2008, aunque esta vez lo hace desde el final hacia el inicio. Ya no son los bancos y sus estrategias de alto riesgo la fuente original de los problemas sino que la pandemia, y sus efectos sobre la economía real, amenazan ahora con contagiarse al conjunto del sistema financiero de la zona euro.

El Banco Central Europeo (BCE) alerta en un informe de Estabilidad Financiera publicado esta mañana del riesgo de un «bucle adverso entre la deuda soberana, las empresas y los bancos». Y es que las vulnerabilidades a medio plazo han aumentado. La pandemia se alarga, las empresas experimentan ya problemas de solvencia, que irán al alza, y los Estados se están endeudando a niveles nunca vistos para poder sostenerlas con vida. Para hacerlo están colocando deuda en manos del BCE, pero también dando garantías a los bancos para que sigan extendiendo el crédito. Por eso el supervisor cree que si falla cualquier pieza de esta engranaje, toda la cadena se vería afectada, también los bancos. 

Según el documento, las insolvencias seguirán creciendo en el 2021 porque las medidas de apoyo «solo pospusieron necesidades financieras de las empresas e incrementaron la carga de su deuda». Los mercados lo saben y desconfían. En el 2008, cuando estalló la burbuja inmobiliaria, solo el 8,8 % de las empresas de la zona euro tenían un perfil alto riesgo y sus acciones tenían una calificación de «no inversión». Ese porcentaje ha aumentado al 28,3 % este año como consecuencia de los devastadores efectos que ha tenido la pandemia en sus ventas y balances. 

Para contener un cierre en cadena de empresas, Gobiernos como el español, han tenido que recurrir a ingentes planes de apoyo a la liquidez, con el fin de ganar tiempo y sostener el empleo. Pero cuando los problemas de liquidez se convierten en problemas de solvencia, el riesgo de impago aumenta y eso podría deteriorar el balance de los bancos (quienes prestan el dinero) y poner en entredicho la sostenibilidad de la deuda española, pudiendo experimentar un encarecimiento de las condiciones de financiación (subida de la prima de riesgo). 

La tesitura es muy complicada, porque como explica el BCE, la retirada de los estímulos fiscales antes de tiempo podría infligir en el tejido productivo daños estructurales o «cicatrices permanentes» y mayores pérdidas para los bancos. Un escenario en el que se cerrarían todos los grifos del crédito, dando paso a largos años de anemia económica. Pero una sobreexposición a los riesgos también podría llevar al mismo punto si la pandemia se alarga más de lo previsto y el PIB se recupera más lentamente. El equilibrio es muy frágil y un paso en falso podría desbaratar los planes de contención. 

Provisiones insuficientes

El BCE recomienda a los bancos que hagan pleno uso de sus colchones de capital si es necesario en los próximos meses. Es «crucial para evitar una crisis bancaria». Tiene dudas, eso sí, sobre la suficiencia de sus reservas. Aunque los bancos están «bien capitalizados», afrontan pérdidas por impagos, por la caída histórica de la rentabilidad y los problemas estructurales que tendrán que resolver con fusiones y adquisiciones de entidades: «Las provisiones siguen por debajo de los niveles observados en crisis previas y en otras jurisdicciones como Estados Unidos. Los niveles de provisión son más bajos de lo sugerido». En este sentido, las vulnerabilidades en la deuda soberana y las empresas «podrían poner a prueba a los bancos de la eurozona en el futuro», señala el supervisor que, en su escenario central, augura que el PIB del bloque caerá un 8 % en el 2020 y recuperará un 5 % en el 2021 y un 2,3 % en el 2022. Hasta el 2023, las economías del euro no recuperarán sus niveles anteriores a la pandemia. En el escenario más adverso -con una crisis prolongada en el 2021-, el PIB podría hundirse un 11 % este año y seguir en negativo en el 2021. Además se dispararía la prima de riesgo y el desempleo al 12 %. En el peor de los casos, el BCE cree el riesgo de pérdidas en los activos bancarios de la zona euro podría alcanzar el 20 % de la cartera con caídas de la rentabilidad del entorno del 10 %. 

El shock afectará a los países más golpeados por la pandemia y a las economías dependientes de actividades del sector servicios como el turismo y la hostelería, pero ningún país saldrá indemne, por eso el BCE urge a los países del bloque que acuerden «soluciones centralizadas» como pueden ser «empresas de gestión de activos» o «plataformas de transacción de créditos dudosos». En tras palabras: será necesario poner en marcha un banco malo europeo capaz de aliviar la carga a los bancos y digerir el volumen de pérdidas heredadas de la pandemia en sus balances.