El Banco de España sugiere canalizar ayudas a pymes a través de inversión privada

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Álvaro Ballesteros

Francia ofrece garantías públicas a los fondos de inversión para que sean estos los que escojan a las empresas con más potencial

12 nov 2020 . Actualizado a las 16:19 h.

Hay una verdad dolorosa a la que se enfrentan todos los gobiernos europeos tras casi nueve meses de pandemia: el dinero no va a llegar para todos. Ni para todos los ciudadanos que lo necesitan ni para todas las empresas que atraviesan problemas de liquidez. Las grandes compañías estratégicas disponen del fondo de la SEPI (10.000 millones de euros) para pedir rescates, pero hay problemas a la hora de hacer que el goteo llegue hasta el final de la cadena, hasta las pymes. Son ellas la columna vertebral del tejido productivo español (concentran el 90 % de la economía), pero la crisis ha dejado al descubierto que muchas son improductivas y poco solventes. De ahí los problemas que tiene el Gobierno para decidir a cuáles ayuda de los 2,9 millones que hay en España. 

No hay tiempo ni recursos para poder analizar una a una y por sectores sus balances o la sostenibilidad de su negocio a medio y largo plazo, para identificar el potencial de desarrollo y sinergias, por eso el Banco de España (BdE) ha sugerido hoy que sea el capital privado el que haga esa labor con respaldo público: «Podrían estudiarse nuevas herramientas para canalizar recursos propios hacia las empresas de menor dimensión, posiblemente con la participación del sector privado», sugiere el director de Economía y Estadística del organismo, Óscar Arce, quien posiblemente haya tomado como ejemplo el modelo francés. 

Francia ultima un plan -que entraría en funcionamiento a finales del año 2020- para que los fondos de inversión (que buscan rentabilidad a largo plazo) sean quienes pongan el ojo en las empresas más atractivas. A cambio, ofrecerá un potente paquete de garantías públicas a sus inversiones. De esta forma, el Gobierno deja en sus manos las labores de escaneo y consigue focalizar las ayudas en quien verdaderamente necesita el dinero y puede salir adelante.

Recapitalizaciones necesarias

Teniendo en cuenta que en España la deuda rozará el 120 % del PIB, según el propio Arce, y que el Estado no puede extender un programa de rescate indiscriminado para todas las pymes, el plan de los vecinos galos parece una buena vía de salida. Es urgente, además, porque el número de empresas activas se redujo en octubre un 6 % respecto a hace un año. Hostelería, restauración, automoción y transporte son los sectores donde hay más empresas vulnerables a la deuda que están acumulando. Hasta ahora las prórrogas de los ERTE han funcionado para evitar una destrucción masiva de empleo, pero el Banco de España advierte de que «la idoneidad de los ERTE para salvaguardar el empleo se puede ver reducida conforme la crisis se alarga y se requieren reestructuraciones a nivel de sector y/o empresa». Dadas las circunstancias, el organismo sugiere adelantar medidas para evitar que los problemas de liquidez de las empresas se conviertan en problemas de solvencia, eso sí con un «apoyo más selectivo, focalizado en las empresas más afectadas pero viables» y orientar a los trabajadores en ERTE hacia programas de recualificación.