Piden al Gobierno central que rebaje el impuesto del 21 % actual, fijado en el 2011, al reducido del 10 %. «La gente quiere hacer peto y viene menos a la peluquería», denuncian mientras ven que sus gastos lejos de disminuir, aumentan
21 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.«Nos felicitó hasta la Policía por la organización. Estamos todos muy contentos, muy felices, porque todos juntos sumamos un montón», destacaba este martes a mediodía la peluquera viveirense Ángeles Salgueiro minutos después de que acabase la concentración con la que un centenar largo de peluquerías, barberías, salones de belleza y centros de estética de toda la provincia reclamaron ante la sede de Hacienda en Lugo un IVA reducido al 10% que para poner freno a la cadena de despidos y cierres que acucia al sector. Vestidos de negro, con mascarilla y guardando escrupulosamente las distancias de seguridad, los profesionales coparon parte del protagonismo en una concentración silenciosa que concluyó con la lectura de un manifiesto. Con la mayor parte de fiestas, celebraciones y banquetes suspendidos o aplazados, o reducidos al mínimo por cuestiones de aforo para reducir el riesgo de contagio de coronavirus, el volumen de trabajo de las peluquerías se ha desplomado desde marzo. Y los gastos e impuestos no han disminuido, sino que incluso han aumentado debido al incremento de medidas relacionadas con la higiene. Eso hace que muchas peluquerías de toda España no estén llegando a los 400 euros de sueldo después de pagar todos los gastos. Demandan al Gobierno central que baje el IVA del 21% actual, fijado en el 2011, al reducido al 10% por ser un servicio que, durante el estado de alarma por el covid-19 fue reconocido como esencial.
«Asfixiados con el IVA»
Ni cortes de pelo, ni tintes, ni nada de nada. Las clientas del peluquero Tomás Maroño, con salón en la ferrolana calle de la Iglesia, tuvieron que cambiar las citas que tenían previstas para este martes porque su peluquero decidió que de ninguna manera abriría sus puertas el 20 de octubre. «Desde hace días ya saben que había huelga y que yo la iba a secundar, pero nadie protestó y todas me apoyaron», comenta el conocido estilista ferrolano.
Maroño fue uno de los profesionales de la comarca de Ferrolterra que ayer decidieron sumarse al paro convocado a nivel nacional por diferentes asociaciones de peluquerías y centros de estética para demandar la bajada del IVA al 10%, acercándose así al 8% que se les aplicaba antes del 2012, cuando el Gobierno de Rajoy decidió subir el gravamen al 21%. «Esta lucha la iniciamos hace ya ocho años, pero ahora cobra aún más sentido, porque con el covid los ingresos han bajado muchísimo, y si en el 2012 el IVA nos obligó a subir los precios, ahora nos está asfixiando. La gente tiene miedo, quiere hacer peto por si hubiese otro confinamiento y viene menos a la peluquería. Muchas de las señoras que acudían a mi salón una vez a la semana ahora piden cita cada dos o tres semanas, y ha habido un bajón tremendo en los trabajos por celebraciones. Para este verano yo tenía doce bodas y se cancelaron todas menos una», comenta.
Aportar una cifra exacta de las peluquerías y centros de estética de la comarca que ayer echaron el cierre en señal de protesta resulta arduo complicado, aunque Maroño calcula que fueron entre un 30% y un 40%. En Ferrol no hubo actos de protesta, pero algunos de los profesionales de la zona decidieron viajar hasta A Coruña para participar en la concentración que tuvo lugar en la plaza de María Pita a media mañana. Paula Arbe, de la peluquería Tribeca, no pudo desplazarse a la ciudad herculina, pero no dudó en secundar el cierre. «Hay que hacer ruido y estar unidos, porque si peleamos juntos es más fácil que nos hagan caso», comenta esta profesional con salón en la calle María.
Arbe califica de «abusivo» el gravamen del 21%, sobre todo ahora que los ingresos han bajado de forma significativa, y no solo por el miedo de la clientela a salir de casa o el descenso de las celebraciones, sino también por la reducción del aforo que en muchos casos ha traído consigo el covid. «En mi local, por razones de espacio y para poder mantener la distancia de seguridad, he tenido que reducir los puestos de los que disponía. De los nueve tocadores, me he quedado con cinco; de los tres lavacabezas, con dos; y de los dos puestos de estética, con uno. Es decir, el aforo se ha reducido a la mitad y eso ha impedido que pueda recuperar al 100% de su jornada laboral a tres de mis empleadas, que siguen en ERTE al 50%», explica Arbe.
Además, los profesionales llaman la atención sobre los gastos adicionales en mascarillas, geles hidroalcohólicos o toallas y batas desechables que ha traído consigo el coronavirus. «En mi caso, son más de mil euros al euros al mes», advierte Tomás Maroño, quien no dudó en ningún momento en secundar el paro para protestar.
Sin embargo, desde otros salones aseguran que no se pueden permitir «ni un solo día sin trabajar». Y por eso fueron muchos los que ayer decidieron mantener la actividad y no secundar el paro, aunque insisten en que apoyan las reivindicaciones del sector al cien por cien. Es el caso de la peluquera Inés Pose, quien gracias a unas obras de ampliación ha podido mantener el aforo en su local y a toda su plantilla tras el confinamiento. Aún así, cifra en un 25% el bajón en la afluencia de clientes que acuden a su peluquería de forma habitual, y de un 75% en lo que respecta a los servicios por bodas y otras celebraciones.
«Queremos un IVA justo, no subsidios»
Un centenar de trabajadores del sector peluquero y estético se concentraron ayer a las once de la mañana en la plaza de María Pita. Pertenecen al grupo apolítico Creer en Nosotros, con representantes en todo el territorio nacional. Una asociación «que nació por los graves problemas que está atravesando el sector y a la que ya pertenecemos unos cinco mil profesionales», explicó Hermen, de peluquería Kore’s.
Estos profesionales no piden otra cosa al Gobierno de España que la reducción del IVA, «que pase del 21 al 10 %, como estaba en el 2012», recordó Nona, de Peluquerías Nona. Aseguró que aquel incremento y su mantenimiento les supone un gasto de unos 1.500 euros mensuales, «con los que podíamos pagar a un trabajador, con Seguridad Social incluida». En cambio, dijo, muchos compañeros se tuvieron que ir a la calle «por esta subida del impuesto». Además, Nona recalcó que tener que pagar el 21 % de IVA les impidió «salir de la grave crisis del 2008, y muchas peluquerías y centros de belleza tuvieron que cerrar».
Catástrofe
Ahora, con la pandemia del coronavirus, el sector está gravemente tocado y amenazado, «al igual que otras actividades, por desgracia, pero ya veníamos sufriendo graves problemas desde el 2008». Desde Creer en Nosotros no apuestan por una salida al problema a base de subsidios, no quieren ser una carga para el Estado, «necesitamos subsistir con nuestro trabajo y para ello es necesario que el Gobierno de España nos escuche». Nona recordó que en todo el territorio estatal hay 75.000 centros de peluquería, barbería y estética, «y su cierre sería una catástrofe».
A mayores de un IVA tan elevado, el sector también tuvo que asumir otros gastos derivados de las medidas de seguridad contra la pandemia establecidas por las autoridades. «Sí, eso también influye. Las medidas perjudican igualmente a otros sectores, pero es bueno para nuestra seguridad. Aun así, solo queremos que nos bajen el IVA y ya está», subrayó Herme. Desde el sector de estética y belleza aseguran que estas concentraciones se realizarán una vez cada mes o cada dos meses, pero «de manera que no perjudiquen a ningún ciudadano», afirmó Nona.