La cotización por ingresos elevaría la cuota de 700.000 autónomos

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

CAPOTILLO

Son aquellos que declaran más de 25.000 euros a Hacienda al año. Con el nuevo sistema, los profesionales podrán escoger su base durante el ejercicio, aunque luego deberán regularizarla

15 oct 2020 . Actualizado a las 09:44 h.

El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, presentó ayer a las principales organizaciones de autónomos (ATA, UPTA y UATAE) la propuesta que ha diseñado su departamento para modificar el sistema de cotización de los trabajadores por cuenta propia y establecer una contribución acorde a los ingresos reales. En la actualidad, estos profesionales pueden elegir su cuota mensual, aunque casi el 85 % optan por aportar lo mínimo: una cuota de algo más de 280 euros al mes que se corresponde con una base de 944,4 euros.

Sin embargo, son muchos los negocios que no llegan a esa cifra de ventas. Así, según los datos de ejercicios anteriores obtenidos de la Agencia Tributaria, de los 2,2 millones de autónomos con rendimientos de actividades económicas, más de la mitad declaran una facturación que no alcanza el salario mínimo (1.108 euros brutos al mes o 13.300 al año). Con el nuevo sistema esbozado ayer por el ministerio, estos trabajadores pasarían a pagar una cuota sustancialmente inferior. Solo a partir de los 25.000 euros de ganancia anual se incrementarían las cotizaciones.

Según las asociaciones, hay unos 700.000 profesionales que declaran más de esa cifra al fisco, que son los que tendrían que aportar más a la Seguridad Social.

En concreto, la propuesta pasa por establecer un sistema de tramos, similar al que emplea Hacienda en el impuesto de la renta. En cada uno de ellos se establecería una base mínima y el autónomo podría escoger en cuál de ellos se sitúa y hacer modificaciones conforme avanza el ejercicio, para adecuarse a la evolución de su negocio. Será a año vencido, una vez que se tengan los datos cerrados de facturación, cuando se regularice la cuota. Así, si el trabajador cotizó de menos, deberá hacer una aportación extra para cubrir la diferencia, y si se pasó, la Seguridad Social le reintegrará los ingresos indebidos.

Se busca así evitar la principal crítica que hasta ahora han planteado las organizaciones del sector, que alertaban de que no era viable un sistema que obligase a cotizar en función de la facturación del año anterior, puesto que en una situación de crisis como la actual no permitiría adaptarse a una súbita reducción de los ingresos.

En cuanto a los tramos, la propuesta inicial pasa por fijar uno primero para aquellos que ingresen menos que el salario mínimo, otro que iría desde ese nivel hasta los 25.000 euros al año (cuya cotización se mantendría en niveles similares al actual) y a partir de ahí se irían añadiendo escalones cada 10.000 euros de aumento de ingresos hasta llegar al tope de cotización fijado.

La modificación del sistema de cotización no afectaría a todos los trabajadores por cuenta propia. Deja fuera a los autónomos societarios, lo que según ATA provoca un agravio comparativo con aquellos que tributan como personas físicas, que en caso de tener unos ingresos elevados pagarían cuotas muy superiores.

Otra de las cuestiones que se deberá aclarar en las próximas semanas es cómo se estimará la facturación de los autónomos acogidos al sistema de módulos, que pagan a Hacienda no por sus ingresos reales, sino por una estimación que tiene en cuenta variables como la superficie del local, el personal empleado en el negocio o el consumo de energía.

El calendario que manejan en la mesa de negociación es que el nuevo sistema quede definido a lo largo del año, aunque luego tendrá que pasar también por el diálogo social y el Congreso, lo que podría retrasar su puesta en marcha hasta bien entrado el 2021 o, directamente, al 2022.

ATA se escuda en la crisis para rechazar cualquier subida y UPTA avala el nuevo sistema

La propuesta para modificar el sistema encontró una acogida muy diferente en las dos principales asociaciones de autónomos. Así, en ATA mostraron su rechazo argumentando, por un lado, que la reforma no afecta a todo el colectivo, al dejar fuera no solo a los autónomos societarios, sino también a los colaboradores. Y, por otro, porque no están dispuestos a aceptar ningún incremento de cuotas, ni siquiera entre aquellos que declaran a Hacienda ingresos muy superiores a las bases por las que cotizan a la Seguridad Social. Aducen que «con la que está cayendo» por la pandemia, no es el momento para esa subida.

En UPTA, sin embargo, avalan el principio de que aquellos que pueden permitírselo deben aportar más al sistema para rebajar la presión fiscal sobre los autónomos con menos ingresos. Su presidente, Eduardo Abad, aseguró que el modelo propuesto «se acerca mucho al que veníamos solicitando», al establecer un sistema de tramos, con bases mínimas en cada uno de ellos. «El nuevo RETA tendría un funcionamiento a pleno rendimiento a partir del 2022 y prácticamente el 70 % de los autónomos verán reducida o mantendrán su cotización y solo un 30 % tendrán que hacer un mayor esfuerzo contributivo», apuntó Abad, que incidió en que «son esos 700.000 autónomos con capacidad económica» los que deben aumentar sus cotizaciones.