Los mayores de 65 años ya son los que más tiran del consumo en Galicia

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR TOIMIL

El desembolso cae entre las familias con hijos menores de 16 años, hasta ahora los clientes estrella de la gran distribución

13 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Elena y Juan tiran de la calculadora del móvil para cuadrar los números de su familia, formada por cuatro miembros: ellos dos y sus hijos de 7 y 3 años. Ambos tienen la suerte de seguir trabajando, aunque a Juan su empresa (del sector del transporte y logística) le ha reducido la jornada y el sueldo en un 25 %.

«Llevo desde mayo con este recorte en la nómina, pero cuando más lo hemos notado en casa ha sido en septiembre, con el inicio del curso escolar y el gasto en ropa, libros y material», afirma, tras dejar a los niños en la entrada del colegio Fleming de Vigo. «Te ves obligada a cambiar los hábitos de consumo, a comprar en tiendas más baratas y siempre de oferta, y a gastar menos en cosas para nosotros», completa Elena, auxiliar de enfermería en una mutua.

Esta familia representa al colectivo que hasta hace poco lideraba el gran consumo en Galicia. Ya no es así, según el IGE (Instituto Galego de Estatística), que cifra en algo más de 4.200 millones de euros el gasto total de este tipo de hogares en Galicia el año pasado, una suma un 12,8 % inferior a la del año anterior.

La familia encoge

Por el contrario, el desembolso ha crecido en el colectivo de mayores de 65 años (sube un 1 %) y en el de hogares unipersonales o de parejas sin hijos (se incrementa un 8,8 %), dos grupos que están ligados directamente ya que más de la mitad de los jubilados gallegos viven solos. Los datos del IGE no muestran todavía el impacto económico de la pandemia en las familias, pero constata que el tipo de hogar que más peso de su presupuesto destina a alimentación, prendas de vestir y calzado son las parejas con tres o más hijos, precisamente el colectivo que más ha descendido en el último lustro en la comunidad gallega. Una tendencia que es general en toda España.

La patronal de la gran distribución y el mercado en general ven con preocupación los datos. Las familias con hijos se gastan el 4,5 % de su renta en prendas de vestir, un porcentaje muy superior a la media española, que se situó en el 3,91 % en el 2017, según la encuesta de presupuestos familiares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Por el contrario, en toda España, pero en especial en Galicia, por su mayor índice de envejecimiento poblacional, los mayores de 65 años «son y serán» el grupo más importante para el sector del gran consumo, como explica la consultora Kantar Worldpanel en su informe Seniors, la generación futura y presente.

Y esto ocurre no solo porque es el segmento de población que más va a crecer en los próximos años, sino porque en un contexto de crisis como el actual es el que mantiene con mayor seguridad su capacidad de gasto, y eso lo lleva a desembolsar más que la media en productos de alimentación, bebidas, droguería y perfumería.

Las cifras concretas de la consultora evidencian el cambio. Hoy, estos hogares dedican 4.271 euros al año a llenar la despensa, 172 euros más que los menores de 65; lo que se traduce en que concentran el 29 % del gasto en gran consumo. «En poco más de diez años, y en función de las proyecciones demográficas, podrían estar generando cuatro de cada diez euros del mercado», explican desde Kantar Worldpanel.

La cesta del jubilado

Las prioridades de los hogares cambian a partir de la jubilación. «Con más tiempo libre, sin cargas familiares y una mayor renta disponible se modifican también sus patrones de consumo». ¿Cómo lo hacen? Según el informe, sus cestas de la compra son más pequeñas y más frecuentes (compran 292 veces al año, frente a la media de 250), se decantan por envases y formatos más pequeños, más marcas de fabricante y menos productos en promoción y oferta. Además, prefieren acudir a tiendas de proximidad y especializadas. El reto del sector es saber adaptarse a ellos conociendo de cerca qué demandan. «En muy pocos años no solo habrá más gente mayor de 65 años, sino que habrá mejorado su calidad y la esperanza de vida, por lo que será clave entender cómo evolucionarán sus hábitos de compra para que las empresas de gran consumo puedan adaptarse a sus necesidades», insiste la consultora. «Los mayores son los agentes del cambio, pese a que la atención se centra muchas veces en los jóvenes», añade.