La CEG busca un candidato de consenso que ponga fin a tres años de interinidad

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

SANDRA ALONSO

Los retos de la pandemia urgen a soldar la fractura en la patronal tras años marcados por la lucha de poder

08 oct 2020 . Actualizado a las 14:27 h.

La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) cumplirá en enero tres años sin presidente. Un caso insólito, sin parangón en el resto de las patronales del estado, y que se explica por la cruenta batalla interna librada por las organizaciones territoriales más poderosas (A Coruña y Pontevedra) por hacerse con el poder. En esta anomalía, que ha restado influencia social a la patronal y la ha ido deslegitimando como interlocutor válido, apenas han participado las organizaciones sectoriales de la CEG, aquellas que no representan a los territorios sino a las empresas.

Empujadas por la exigencia de los tiempos, que requiere atender desafíos enormes, las sectoriales empiezan a moverse. Y por vez primera en mucho tiempo, tanto ellas como las organizaciones provinciales, han llegado al convencimiento de que es preciso pasar página, soldar de una vez la fractura interna y nombrar un nuevo presidente. En las conversaciones llevadas a cabo hasta ahora, y que se intensificarán durante las próximas semanas, todos coinciden en la necesidad de acordar un candidato de consenso, alejado de la guerra territorial, que despoje a la patronal de los viejos vicios y se dedique a defender a los empresarios en un contexto socioeconómico tan grave.

Consenso 

Este propósito de enmienda, este clima pacífico, según fuentes consultadas, es lo que explica el consenso alcanzado en la junta del martes para convocar una asamblea general que elija presidente el próximo 24 de noviembre. Ahora bien, la empresa no será fácil.

Tanto A Coruña, liderada por Antonio Fontenla, como Pontevedra, por Jorge Cebreiros, son conscientes de que un candidato de su agrado, propuesto por ellos, no lograría los apoyos necesarios, lo que abocaría a la asamblea del próximo mes a otro vergonzoso fracaso. Parte de las dificultades halladas hasta ahora para encontrar un perfil de consenso estaban en la imposibilidad de convencer a un empresario de prestigio para liderar una organización que había devorado a tres presidentes en cinco años: José Manuel Fernández Alvariño, Antonio Dieter y Antón Arias. Pero a favor juegan ahora los desafíos que imponen los tiempos.

Mientras Fontela insiste en que su voluntad real es dar un paso atrás, otras voces de la CEG defienden lo contrario y apuntan a que el coruñés se encuentra muy cómodo en la provisionalidad actual, que es la que le permite ejercer como presidente de facto, aunque solo sea vicepresidente.

Las próximas semanas serán claves para esclarecer cuál es la voluntad real de las partes para llegar a un acuerdo, elegir un presidente nuevo y enterrar definitivamente una época de conflicto para olvidar.