El grupo que quiere comprar Alcoa sella el plan para nutrir a la planta de energía renovable

C. P. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Carlos Castro

La instalación de 400 megavatios eólicos en Galicia está condicionada a la adquisición de la factoría de San Cibrao

01 oct 2020 . Actualizado a las 18:32 h.

Todo listo para que Simec -empresa del grupo GFG Alliance, candidato a adquirir Alcoa- despliegue sus planes de inversión de hasta 1.000 millones de euros para alimentar con energía renovable a la industria electrointensiva española.

La firma selló hoy un acuerdo con el grupo energético Ignis para instalar en Galicia hasta 400 megavatios (de energía eólica) de los 1,2 GW que desplegará por toda España. El plan podría surtir de energía a industrias como la del aluminio, abaratando los precios de suministro con acuerdos de compra de energía a largo plazo (PPA), reduciendo en un 80 % la huella de carbono y consiguiendo cero emisiones en el 2030. Esos son, al menos, los objetivos que persigue el que ya han bautizado como «el mayor proyecto de energía renovable para la industria electrointensiva en España» podría estar finalizado en el 2023.

Eso si los planes no se tuercen porque la multinacional estadounidense Alcoa se niega a venderle la planta de alúmina de San Cibrao. «Estamos ante un depredador industrial que no quiere competencia en el territorio español. Se quiere ir de aquí y quiere cerrar todas las plantas», denunció esta mañana el presidente del comité de empresa de Alu Ibérica (antigua Alcoa), J. C. López Corbacho. A pesar de las ofertas de su competidora -Liberty-, y de la presión de las autoridades españolas y gallegas, la compañía sigue empeñada en apagar las luces de la factoría. Por eso las filiales de GFG Alliance «están revisando importantes programas de inversión en diversas áreas».

 A los tribunales

Conscients de que las negociaciones están rotas y que trabajadores y autoridades están redoblando la presión para evitar el cierre definitivo de la planta -con sus correspondientes ERE en trece días para 534 trabajadores-, el presidente ejecutivo de GFG Alliance, Sanjeev Gupta, quiso sumarse a la ofensiva para tratar de vencer la resistencia de Alcoa y apremiar a las autoridades a intervenir con más decisión: «Esta joint venture aportará enormes beneficios económicos, ambientales y sociales a la comunidad autónoma de Galicia», deslizó en un comunicado, dejando entrever que Galicia podría dejar escapar la oportunidad de contar con un horizonte estable para la planta si no consigue persuadir a Alcoa.

El nerviosismo entre la plantilla ha llegado a tal punto que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, ha asegurado que Alcoa «irá a los tribunales» para responder por una «responsabilidad histórica» si apaga las cubas, ya que la planta no podría volver a operar. «No podemos en ningún caso (dejar) que Alcoa decida el futuro del aluminio en España», exclamó, antes de cuestionar las intenciones de la multinacional: «Si hay diferencias -entre ambas compañías- lo lógico es limarlas, no pegar un portazo y apagar las cubas».

Plan industrial

La firma del acuerdo también se articula como respuesta a las críticas que vertió la empresa norteamericana contra la británica Liberty, a la que acusó de no tener un plan industrial para garantizar el futuro de las instalaciones, hoy en su poder. Con el programa sellado hoy el grupo quiere demostrar que es posible hacer viable y rentable un negocio que hace ya tres años dejó de serlo, si se tiene en cuenta que la planta acumula 175 millones de euros en pérdidas, motivadas en parte por la falta de inversión en la factoría.