La industria del lujo tardará al menos tres años en recuperar su nivel precrisis

j. a. b MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

GLEB GARANICH | reuters

El sector podría perder este año hasta 100.000 millones en ventas

27 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los coronavirus no entienden de fronteras ni de clases sociales, aunque la capacidad económica sí ayude a hacerles frente. En un año históricamente negativo para la industria turística mundial, que retrocederá a niveles no vistos desde 1990 con solo 610 millones de viajeros (un 58% menos que en el 2019, según las estimaciones de la patronal internacional OMT), el sector del lujo también está viviendo su particular viacrucis que, ajustado a sus propias dimensiones, podría llegar a suponerle una caída de ingresos de hasta 100.000 millones de euros en el peor de los supuestos analizado, con un desplome interanual del 35 %.

 Son los cálculos de Bain & Company, una consultora global especializada en este tipo de negocios. Pero ese horizonte, en la actualidad, parece aún lejano. La recuperación incipiente del mercado chino, cuyos ciudadanos representan el 35 % del mercado global de los bienes de lujo y fueron responsables del 90 % del crecimiento de esta industria a escala mundial el año pasado, hace pensar en un panorama menos severo. La Golden Week, prevista para la primera semana de octubre y que supone casi el 7 % de sus compras, será una buena piedra de toque.

 El resurgir de China

Sin entrar en el triunfalismo oficial del gigante asiático ante una presunta victoria sobre la enfermedad, lo cierto es que las restricciones allí ya son mucho menores que en el resto del planeta y parece probable que la recuperación económica empiece en la segunda potencia mundial. Por eso los expertos de Bain & Company se inclinan más en sus previsiones por un escenario intermedio, donde el sector del lujo se contraería entre un 22 y un 25 % este ejercicio, con una disminución de ingresos de entre 60.000 y 70.000 millones de euros. Los bienes de lujo han experimentado una caída en todas sus categorías, aunque la peor parte se la llevan los relojes, los vestidos y la joyería. En la gama de belleza, el alivio en las restricciones sanitarias este verano les ha supuesto un pequeño respiro, mientras que los accesorios son los que muestran mayor resistencia a una crisis aún sin fin.