Y el 5G es solo una tecnología. Aún más importante es la IA (inteligencia artificial), campo este en el que la situación para Europa es particularmente lúgubre. Según un estudio del 2019 realizado por el Centro para la Innovación de Datos, Estados Unidos lleva la delantera en la carrera global de IA «en cuatro de las seis categorías de métricas» examinadas (talento, investigación, desarrollo y hardware), mientras que China ocupa el primer lugar en las dos restantes (adopción y datos). La UE no tiene primacía en ninguna, aunque le pisa los talones a Estados Unidos en términos de talento.
Sobra talento, pero falta liderazgo
El problema de Europa no es una escasez de talento, sino más bien una falta de acuerdos institucionales apropiados y de liderazgo en este dominio crítico de la tecnología. Marcos de gobernanza fracturados y anticuados están dificultando el despliegue del 5G. Una financiación insuficiente de la investigación básica está obstaculizando la innovación. Y la ausencia de mercados de capital profundos está haciendo difícil que las empresas nuevas obtengan la financiación que precisan para crecer y escalar posiciones, lo que las deja a merced de ser adquiridas por empresas estadounidenses de billeteras abultadas.