La empresa de vajillas Duralex quiebra tras 75 años de historia

La Voz MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

El impacto de la pandemia ha acabado provocando que su facturación se hunda un 60 %

28 sep 2020 . Actualizado a las 12:19 h.

Las archiconocidas vajillas que llenaron las despensas de tantas y tantas casas españolas durante años viven su peor momento. Un tribunal de la ciudad francesa de Orleans admitió este viernes la solicitud del fabricante de vidrio Duralex de declararse en quiebra ante la situación excepcional generada en su negocio por el impacto de la pandemia y de las medidas adoptadas para controlar su expansión. Según informa el medio local francés La République du Centre, la empresa espera aprovechar esta situación para seguir buscando un comprador o para renegociar con las empresas que se habían interesado pero que habían cesado las conversaciones cuando comenzó la pandemia.

El director comercial y de marketing de la empresa, Frédéric Morin Payé, ha explicado que la facturación durante estos últimos meses se ha hundido un 60 %. Esto se produce después de un grave incidente que sufrió la empresa en el 2017, cuando uno de sus hornos se dañó durante su reparación y provocó que la producción pasara a 20 toneladas de vidrio por día, en lugar de las 160 toneladas por jornada habituales. Debido a todo esto, la facturación todavía no ha recuperado los niveles del 2016. Además, la tasa de servicio de los nuevos pedidos que recibe Duralex se encuentra en torno al 70 %, en lugar del 95 % que era habitual.

El juzgado y la empresa nombrarán un administrador concursal para supervisar el negocio. Durante los próximos meses se congelarán las deudas y Duralex tendrá que presentar un plan de negocios actualizado. El fabricante francés es conocido en España porque durante muchas décadas fabricó una icónica vajilla de vidrio templado transparente y en color verde y caoba.

Duralex, al igual que otros grandes inventos, nació sin querer. Detrás de las vajillas irrompibles se encuentra la empresa de coches Saint-Gobain, que había desarrollado un método para aumentar la resistencia de los cristales mediante la técnica de vidrio templado a 700 grados y enfriado justo después de ese primer proceso. Con este saber hacer, en 1945 la compañía decidió dar un giro de 180 grados a su negocio y adentrarse en el mercado de las vajillas. Les fue bien. Durante muchas décadas coparon el mercado sin lograr que nadie les hiciera sombra.