La hostelería gallega aguanta el pulso al coronavirus

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ANGEL MANSO

Los negocios de la comunidad están ingresando un 84 % de lo que facturaron hace un año

24 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El incesante avance de los rebrotes en Galicia no ha frenado el hambre de los gallegos por salir al bar a reencontrarse con familiares y amigos o a cenar a sus restaurantes preferidos. Muy pocos se han topado con las puertas de los locales cerrados porque, según el último informe del Observatorio de la Desescalada de los Bares y Restaurantes (ODBR), hasta el 89 % de los establecimientos de hostelería de la comunidad siguen abiertos.

A pesar de las restricciones sanitarias y la creciente preocupación por una posible «transmisión comunitaria» del virus, la hostelería galaica aguanta el pulso a la crisis. No solo en número de negocios abiertos, por encima de la media nacional (86 %), también en volumen de ventas.

De las más resistentes

Aunque la facturación de esta temporada estival no superará la que hacía el sector en el mismo período del 2019, lo cierto es que está en cifras nada desdeñables. Galicia es la cuarta comunidad donde más caja están haciendo los establecimientos de hostelería con un 84 % de los ingresos que se anotaba hace un año. Empata con Cataluña y solo le superan los negocios de Cantabria y Castilla y León. Todas superan la media nacional que está en el umbral del 74 %. En términos globales, Galicia es la cuarta comunidad donde menos problemas ha encontrado el sector para adaptarse a la «nueva normalidad». El pulso de la cornisa Cantábrica contrasta con la depresión que asola a la hostelería de Madrid y Baleares. El nivel de actividad entre los locales madrileños apenas alcanza el 70 % y, lo que es más dramático, están facturando el 54 % de lo que venían registrando en el verano del 2019. No solo por la huida de los estudiantes a sus lugares de residencia. También por las reticencias de los turistas a recalar en una comunidad donde se decretó el uso obligatorio de mascarilla bien entrada la desescalada.

Baleares encara un horizonte todavía más lúgubre. Los turistas extranjeros, de los que dependen las islas, no llegan. Las restricciones impuestas por el Reino Unido y la recomendación de las autoridades alemanas para evitar que sus ciudadanos viajen al archipiélago mediterráneo han hundido la caja de los establecimientos insulares a la mitad, a pesar de tener al 76 % de los locales abiertos respecto a mediados de agosto del 2019.

El sector advierte de que ha tocado fondo: «A peor no podemos ir», aseguran. Las cifras apuntan a una cierta estabilización. Se va ralentizando el ritmo de reaperturas por lo que no se esperan mejoras sustanciales en lo que queda de temporada estival.