«Nos equivocaríamos si lo que buscamos con el teletrabajo es ahorrar costes»
Superado el pico de la crisis sanitaria, la ministra ha puesto sobre la mesa el anteproyecto de ley para regular el trabajo a distancia.
-La pandemia obligó a adoptar el teletrabajo, pese a las resistencias de las empresas hasta entonces. ¿No teme que un exceso de regulación provoque una marcha atrás?
-No soy partidaria ni del exceso de regulación ni del defecto, soy partidaria de legislaciones que ayuden a tener relaciones laborales justas. La reforma laboral del PP incorporó el trabajo a distancia con una concepción deteriorada, de ahí su inaplicación en nuestro país desde el 2012. Se trata ahora de elevar y de dar garantías al trabajo a distancia, que debe reunir las mismas garantías que el presencial y que, a diferencia de lo que ha sucedido en la pandemia, ha de ser voluntario. No se trata de ir hacia un trabajo a distancia que ahorre costes o que precarice las relaciones laborales, nos estaríamos equivocando.
-¿Estará lista la ley en otoño, por si hay un rebrote generalizado?
-Esta semana empieza el diálogo social sobre la norma y estamos pendientes de todos los informes de los organismos públicos, porque ahora legislamos ordinariamente, ya no son decretos, por eso no puedo decir una fecha.
-No renuncian al desmontaje de la reforma laboral. ¿Cuándo se retomará y qué se modificará?
-Antes de la pandemia, la mesa del diálogo social estaba ya trabajando en el primer bloque de legislación laboral. Cuando terminemos con la negociación de las normas de igualdad retributiva y del trabajo a distancia continuaremos con él. Vamos a abordar lo que dispone el acuerdo de Gobierno: negociación colectiva, subcontratación, descuelgues salariales... Y luego habrá que entrar en las causas de la precariedad en el contrato de trabajo y en todo lo que tiene que ver con unas relaciones laborales del siglo XXI. Lo vamos a hacer con diálogo social y tranquilidad.
«El Gobierno de Feijoo ha sido un decenio de inacción política»
Díaz, que fue diputada en el Parlamento de Galicia entre el 2012 y el 2016, se ha involucrado en la campaña de Galicia en Común para las autonómicas del domingo.
-Las encuestas apuntan de forma unánime a un resultado, ¿confía en que se produzca el vuelco?
-Las encuestas indican tendencias, pero la palabra la tienen los galegos y las galegas. Ha llegado el momento en Galicia de abrir las puertas a la modernidad, de abandonar las mayorías absolutas. La ciudadanía gallega no quiere mayorías absolutas, quiere que nos entendamos, que seamos diversas y tener la oportunidad de por fin colocar a Galicia en el mundo. Porque el Gobierno de Feijoo ha sido un decenio de inacción política. De privatización y precarización de servicios, de pérdida de 20.000 empleos industriales, de multiplicar la deuda pública por tres... Lo que ha hecho es practicar la política del no, no ha ejercido sus competencias en materia cultural, lingüística, industrial o social. Ha salido a última hora y de manera incorrecta con un cheque para los sanitarios de 250 euros para que vayan a la hostelería. En fin, unos despropósitos considerables. Los galegos y las galegas quieren una Galicia que pueda formar parte del cambio que se está propiciando en el resto del Estado. Va a depender de lo que hagan con su voto el domingo.
-Con ese balance, ¿por qué la oposición no ha conseguido capitalizar el descontento? ¿Demasiada fragmentación, muchos cambios de siglas y candidatos...?
-Yo, como siempre hago autocrítica, en la parte que nos puede corresponder creo que lo pudimos haber hecho mejor. La gente no entiende ni de distracciones ni de ruidos ni de disputas internas. La gente lo está pasando mal y quiere que le arreglemos sus problemas, no quiere liortas entre nosotros. Y hay otra cosa que nos debe estimular: Feijoo es un gran adversario pero, y con eso hago un llamamiento a la Galicia progresista, es derrotable. Tenemos que creérnoslo. En el caso de Galicia en Común, nos estamos disputando tres escaños con el PP, que son la clave para que Feijoo pierda la mayoría: en A Coruña, en Pontevedra y en Lugo. Es importante que la ciudadanía lo sepa.
-Es la ministra de Unidas Podemos mejor valorada y hay quien ya la sitúa como posible sucesora de Pablo Iglesias, ¿le tienta esa carrera?
-Yo lo que hago es trabajar, y es en lo que estoy. Tengo responsabilidades más que suficientes y no me distraigo en otras cosas.