Isabel Mallo: «O tempo do ERTE vivino con incerteza, non se sabía canto tempo ía durar...»

Patricia Blanco
P. blanco CARBALLO / LA VOZ

ECONOMÍA

ANA GARCIA

Esta larachesa trabaja desde hace cuatro años en la empresa Balcotex, dedicada al corte y confección

03 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La larachesa Isabel Mallo Ramos (36 años) forma parte desde hace casi cuatro años de la plantilla de la empresa Balcotex, situada en el polígono carballés de Bértoa, dedicada al corte y confección y con 80 empleados. La pandemia obligó a la firma, en la que ella es encargada de corte, a acogerse a un ERTE. «Empezámolo o 27 de marzo, e eu volvín traballar o 20 de maio. Outras compañeiras foron volvendo despois», explica. Ese tiempo de parón no fue fácil: «No meu caso vivino con bastante agobio e sobre todo con incerteza por non saber canto tempo se ía estar así, canto ía durar. O traballo sempre preocupa e cando vías que a cousa se calmaba algo, e que non daban chamado...», valora. Pese a ello, incide en que habrá situaciones mucho peores que la suya: «Todos temos os nosos gastos e as nosas preocupacións, pero eu non teño fillos, por exemplo. Non me quero imaxinar eses casos nos que ademais se suma hipoteca, a parella tamén en ERTE... Imaxino que houbo moitos así», sopesa.

A pesar de que comenta el tema y de que percibe que, en general, hay muchas actitudes irresponsables, no desearía por nada del mundo tener que volver a casa: «Ese tempo faise eterno». Balcotex se dedica a la camisería de señora y chica para Inditex y, según da cuenta Mallo, han vuelto a la actividad «con moito traballo, por sorte». Es muy reseñable, también, la readaptación y el nuevo camino iniciado por la empresa carballesa ante la pandemia. Explicaba su responsable, Alejandro Baldomir, que empezaron confeccionando mascarillas para uso propio y que la aceptación y la demanda fueron tal que no cejaron en su empeño de perfeccionarlas y homologarlas. Lo lograron, con una nota alta además: «Non damos feito, véndense moitísimas», dice Isabel.