Las rebajas arrancan en una jornada atípica con largas colas pero sin aglomeraciones

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Los comerciantes afrontan la campaña de saldos con ilusión y descuentos agresivos

25 jun 2020 . Actualizado a las 21:05 h.

El coronavirus no espantó el apetito consumista en el primer día de las rebajas más extrañas de los últimos años. Cientos de personas se dejaron los miedos en casa y se animaron a visitar alguno de los numerosos comercios que ya han colgado el cartel de saldos. Pero el covid-19 cambió las escenas típicas de una jornada como la de ayer. Las exigencias que ha impuesto la nueva normalidad provocaron que frente a la puerta de las tiendas se generaran en algunos momentos largas colas de clientes esperando a que el aforo les permitiera entrar. Y, como no, con las mascarillas como el complemento más habitual.

Esa fue la tónica reinante en Vigo, donde antes de las 10 de la mañana menos de una docena de personas hacían cola a la espera de la apertura del Zara más céntrico de la ciudad olívica. Pese a que el arranque fue tímido y las aglomeraciones de antaño, inexistentes, los compradores se fueron animando a visitar las tiendas a medida que levantó el día.

En Pontevedra, los comerciantes dieron con ilusión el pistoletazo de salida a unas rebajas atípicas «pero muy necesarias». La afluencia de gente en la milla de oro pontevedresa y en las calles del entorno era ayer una constante. Muchos no sabían que era el primer día de saldos. Y aunque no tuvo mucho que ver con lo que ocurría años atrás cuando el 1 de julio se daba el pistoletazo de salida, es cierto que se volvió a ver en los comercios una alegría que hacía meses que no había.

En las tiendas del centro de A Coruña se pudieron ver filas correctamente formadas y respetando la distancia de seguridad. Además, la jornada dejó una imagen algo inusual, con clientes tocando menos que de costumbre las prendas y evitando las aglomeraciones que se repetían otros años en los establecimientos.

La escena contrasta con la registrada en Santiago. A pesar de los atractivos descuentos, la afluencia de público a lo largo de la mañana fue más bien escasa en la ciudad.

Las rebajas sí consiguieron animar algo el ambiente en los comercios ourensanos. Durante la primera jornada oficial, en tiendas como Zara o H&M se pudieron ver colas: «Nos ha cogido un poco por sorpresa, porque no sabíamos que empezaban hoy, pero se nota que hay mucha más gente en las tiendas», aseguraba una familia a las puertas de un negocio de ropa deportiva. En Ferrol, los saldos veraniegos ofrecían una fotografía bien distinta a la de años pasados. Aunque se notó más movimiento y en algunas tiendas ya había clientes esperando para entrar antes de que se subiese la persiana, lo cierto es que la tónica dominante fue la tranquilidad, sin grandes colas ni aglomeraciones.

A primera hora de la mañana, empleados de distintos negocios de Barbanza se afanaban en la colocación de grandes carteles en los escaparates anunciando el inicio de la campaña oficial de rebajas. En otros, el personal trabajaba laboriosamente en marcar cada artículo con los nuevos precios. Algunos no anunciaron los descuentos hasta media mañana y hubo quien reconoció que el material indicando las ofertas no le llegó hasta varias horas después de abrir. Y es que la incertidumbre general en la que nos ha sumido la pandemia no respeta ni las tradiciones.