Las pymes, ante el reto de lanzarse a la Red

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Logística, métodos de pago y presencia son las cuestiones que más preocupan a las empresas

19 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El que no está en Internet, no existe. Esa es una máxima que ha cobrado especial relevancia tras el fuerte terremoto que ha desencadenado en los últimos meses la irrupción de la pandemia del coronavirus. El cierre obligado de los comercios más tradicionales provocó que muchas pequeñas y medianas empresas se lanzaran a la piscina y se atrevieran a dar un paso vital para su supervivencia durante el tiempo que se vieron obligados a mantener bajada la persiana.

Las cifras hablan por sí solas. Aproximadamente siete de cada diez comercios físicos vieron cesada de manera forzosa su actividad cuando se inició el estado de alarma. A esa contrariedad hay que sumar las que se presentan ahora con la llegada de la llamada «nueva normalidad». Porque son muchas las incertidumbres a las que se tendrán que enfrentar en las semanas venideras. Al mismo paso que el comercio físico sufría las peores consecuencias del covid-19, el on-line vivía su época dorada. El uso del teléfono móvil para realizar compras a través de Internet aumentó seis puntos porcentuales, hasta situarse en el 46,5 %.

Todos estos números han animado a muchas pequeñas y medianas empresas a dar un paso adelante y tratar de vender sus productos a través del comercio digital. Lanzarse al vasto mundo de Internet se ha tornado en necesidad. Pero el inicio del camino no es tarea sencilla ni está exenta de dificultades.

Expertos

Con asesoramiento y ayuda, el proceso puede ser mucho más simple. Tres expertos en esto del comercio electrónico se encargaron ayer de exponer algunos de los obstáculos con los que se suelen topar las firmas que deciden pasarse a la web y las soluciones que hay para sortearlos. Mónica Parada, directora de negocio e-commerce de BBVA; Alfonso Orro, codirector del máster en Logística y Transporte de la UDC; y Luis Antonio Corral, gerente de la empresa Maldita Buena Suerte abordaron en un foro de BBVA y La Voz de Galicia algunas de las principales claves del comercio electrónico y la necesidad de apostar por él ante el contexto que se abre ahora.

Un servicio logístico adaptado a la empresa

Cuidar la logística es factor fundamental para cualquier negocio que aspire a sobrevivir en la jungla de Internet. «La empresa lo que necesita es hacer llegar el producto en las condiciones acordadas y que ambas partes consideren válidas, lo cual parece muy sencillo pero en realidad no lo es tanto», reveló ayer el profesor Alfonso Orro, codirector del máster en Logística y Transporte de la UDC. Según explicó, el consumidor se ha acostumbrado en los últimos años a un envío a domicilio muy rápido y que a la vez resulte muy barato o incluso gratuito. Por ello, cada compañía debe estudiar en profundidad cuáles son sus posibilidades y elegir la que mejor se adapte a sus circunstancias: «Para dar el salto a la web hace falta trabajo, algo de inversión, paciencia y flexibilidad para adaptarse a la respuesta de un mercado para muchos desconocido».

Diferenciar a la empresa

Orro cree que lo más recomendable es empezar poco a poco, estudiar qué es lo que se quiere vender y qué diferencia a la empresa en cuestión de las demás: «Tenemos que recordar que en este mundo tenemos a toda la competencia a un simple clic de distancia, por ello debemos de ser capaces de aportar un valor diferencial». Y en este sentido, el profesor de la UDC recordó que no es lo mismo vender a nivel local que buscar un mercado nacional o internacional. Eso sí, en cualquiera de los dos casos la estrategia debe enfocarse en ganar visibilidad: «El objetivo es conseguir que nuestro cliente se entere de que existimos, las redes sociales pueden ser una vía para darnos a conocer y, además, con el tiempo pueden convertirse en una buena fórmula para fidelizar a los clientes y para cuidar nuestra reputación, una cuestión básica en esto del comercio electrónico».

Eso sí, Orro reconoció que no existe una solución única y válida para todas las empresas y que lo mejor es adaptarse a las particularidades de cada uno.

Los medios de pago que demanda el cliente

Empezar no es fácil. Pero con asesoramiento y con algunas nociones básicas, cualquier empresa puede dar el salto. Eso es lo que defiende Mónica Parada, directora de Negocio e-commerce del BBVA. «Antes del confinamiento, todos los informes indicaban que en lo que a digitalización se refiere, a las pymes les quedaba un largo camino que recorrer. Observábamos que existía un gran desconocimiento en lo que al proceso de digitalización se refiere, que tenían falta de información sobre el funcionamiento de Internet o a quién dirigirse», explicó ayer esta experta, quien resaltó que una de las apuestas del banco en los últimos años ha sido precisamente la formación: «En las últimas semanas, y con la gran incertidumbre que tenían las empresas a causa del cierre, lo que hicimos nosotros fue iniciar un programa formativo para enseñar a las firmas cómo empezar a vender en Internet pasando de lo más sencillo a cuestiones más complejas», aseguró.

La tarjeta, la favorita

Esta experta ha comprobado estos últimos años que una de las dificultades con las que se encuentran cada vez más pymes tiene que ver con los métodos de pago. «Para tener éxito las empresas deben entender cómo prefiere pagar el cliente, porque muchos abandonan la compra cuando llegan a la pasarela de pago», explicó. Y para entenderlo mejor ofreció alguna cifra. Según los cálculos que manejan en la entidad, el 60 % de las transacciones se hacen con tarjeta y algo menos de un 20 % con PayPal. Pero el método que está empezando a ganar terreno en los últimos meses es Bizum: «Desde el año pasado, este sistema se puede incorporar en las webs. Y ha venido para quedarse. Si antes del confinamiento teníamos 300 comercios que lo tenían activado, ahora ya estamos en más de 2.000. Bizum mejora mucho la experiencia de usuario de un cliente y permite una facilidad de pago espectacular», sentenció.

Crecer al abrigo del comercio «on-line»

El de Luis Corral es un ejemplo de éxito. Hace siete años, este gallego presentó en su cuenta de Facebook un diseño de una camiseta y lo comenzó a vender a través de un marketplace. Su sorpresa fue descubrir que su producto generaba gran interés y que tenía una importante demanda. Así que decidió dejar atrás otras actividades y centrarse en ese proyecto. De ahí surgió Maldita Buena Suerte, una empresa en la que ha unido su pasión por las bicis con el trabajo de diseño.

Corral demuestra que los pequeños también pueden triunfar en el océano digital. Y que para lograrlo, adaptarse a las circunstancias es básico: «Llevábamos ya cinco años trabajando en el entorno on-line cuando surgió el covid-19. Estábamos a punto de presentar novedades y el coronavirus nos cogió por sorpresa, como a todos. Irremediablemente hubo un parón de actividad y tuvimos que pensar y tomar decisiones para ver qué hacíamos. Optamos por no realizar envíos y apostar por la salud de clientes y trabajadores», resumió. Las primeras semanas del estado de alarma fueron duras, pero desde que las restricciones empezaron a levantarse las ventas no han parado de crecer: «A medida que fue descendiendo la famosa curva de contagios, fue mucho más fácil vender y desde que la gente salió de casa el negocio digital está desaforado».

Optimizar los tiempos

El gerente de Maldita Buena Suerte relató que una de las claves para seguir creciendo es cuidar la logística. «Hay que ir mejorando este aspecto para optimizar los tiempos, que son muy importantes en el sector on-line. Una vez que un cliente se decide a hacer una compra, si puede tener el producto mañana por la mañana en su casa, te lo agradecerá», sentenció. Además, cuidar la comunicación es vital: «Nosotros procuramos tratar a los que compran en nuestra web como si fueran clientes que visitan una tienda».