La Europa rica nos chantajea, y España no se quiere enterar

ECONOMÍA

MARÍA PEDREDA

Las ayudas que recibirá el país no serán suficientes y exigirán muchos sacrificios

07 jun 2020 . Actualizado a las 14:08 h.

La Unión Europea vende ante la opinión pública que ha cedido a las presiones de los países más vulnerables y por eso ha anunciado la puesta en marcha de varios programas de ayuda multimillonaria a los países afectados por el covid-19. En total, 1,29 billones de euros, incluyendo el plan de préstamos del BEI, dotado con 200.000 millones.

¿Cuánto recibirá España? Todavía no se conoce con certeza, pero las cifras que se manejan por el momento y que están pendientes de negociación son las siguientes:

1.- 77.000 millones en transferencias no reembolsables, que pueden llegar a 86.000, en un período de siete años.

2.- Si quiere, podrá acceder a 63.000 millones en créditos.

3.- Si quiere, también podrá acceder a 25.000 millones del fondo de rescate (MEDE).

4.- Y a 15.000 millones del sistema de reaseguro de desempleo.

Si España decide acogerse a alguno de estos programas, a una parte o a todos, tendrá -aunque nos lo nieguen- que «pagar la decisión». ¿Cómo? Con reformas, reformas y más reformas. Todas ellas exigentes.

Centrémonos en los 77.000 millones que pueden llegar a ser 86.000. Dicen que son transferencias no reembolsables. Hasta ahí es cierto. Lo que no es correcto es que sean entre 77.000 y 86.000 millones lo que vaya a recibir España, porque España forma parte del club Unión Europea, y, como el resto de los socios, tendrá que aportar su cuota. La pregunta que hay que hacerse es: ¿Qué importe neto recibirá España? Según recoge Cinco Días, citando fuentes cercanas a la Comisión Europea, entre 20.000 millones y 46.600 -última estimación que atribuye a la investigadora Silvia Merler, de Bruegel-, pasando por los 34.000 calculados por Christian Odendahl, del Center for European Reform. Así que de 77.000 millones, nada de nada. ¿Serán suficientes? Tengan una cifra de referencia: cada vez que se pagan las pensiones en nuestro país -y eso se hace todos los meses, además de las dos extras-, se desembolsan 10.000 millones de euros.

Lo curioso es que mientras se lleva a cabo esta negociación que en España se presenta como un auténtico logro, Alemania y Francia han dopado a sus empresas, entregándoles miles y miles de millones de euros para ayudarlas a salir de la crisis. Y lo han hecho con el visto bueno de la Comisión Europea, que a estas alturas del partido se está preguntando si ha metido la pata porque esas ayudas de Estado provocarán que Lufthansa, por ejemplo, sea mucho más fuerte que Iberia. No es de extrañar este cargo de conciencia porque ¿Estas ayudas de Estado serán ilegales? ¿No es verdad que la competencia, sea en el sector que sea, se daña y se desvirtúa? ¿No es verdad que iniciativas de este tipo pueden acabar con la compra de compañías en saldo?

España calla. Calla y vende a la opinión pública que, gracias a sus negociaciones, regarán la economía española con miles y miles de millones, y no es así. Se trata de un espejismo. Lo importante es el saldo neto (lo que recibe menos lo que aporta), y en este caso esa cantidad es mínima teniendo en cuenta los daños provocados por la emergencia del covid. Y además, las reformas que nos tocará abordar serán, «muy probablemente -a juicio de algún experto malpensado- las incluidas en la estrategia de crecimiento Europa 2020, donde se priman sectores en los que las patentes están en manos de Alemania». Pero no hay que hacerse mala sangre porque es mejor estar en el club de la Unión Europa. Fuera de ella hace mucho frío. Lo que ya no tengo tan claro es si debemos dejarnos chantajear.