El pequeño comercio sube la persiana en Galicia como vía de supervivencia

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

MARCOS MÍGUEZ

Seis de cada diez negocios en la comunidad han reanudado ya su actividad, según ATA

19 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A la fuerza ahorcan, dice el refrán. Los gastos acucian y no queda alternativa que levantar la persiana del negocio aunque sea a medio gas, pese a la incertidumbre de si cuadrarán las cuentas. La lucha por la supervivencia está detrás de que Galicia sea la tercera comunidad en la que mayor porcentaje de autónomos han vuelto ya a la actividad tras el parón obligado por la pandemia, el 63,1 %, según datos facilitados este lunes por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA).

La reapertura de los negocios en la comunidad es superior a la media del país (del 59 %), y supone en torno a diez puntos por encima de territorios como Madrid, Cataluña o Baleares, más retrasados en las fases de la desescalada o con mayor peso del turismo y la hostelería, los sectores que aún mantienen mayores restricciones.

El motor del pequeño comercio

Desde ATA Galicia, su presidente Rafael Granados, explica que el mayor porcentaje de reactivación de la actividad en la comunidad responde a la importancia del pequeño comercio y del sector servicios, sumado a la agricultura que, como sector esencial, se mantuvo en funcionamiento tras la declaración del estado de alarma. De hecho, el 63,1 % de aperturas que recoge la encuesta realizada por la organización incluyen no solo a los autónomos que han reabierto, sino también a quienes no llegaron a parar su actividad (el 22 % en el conjunto del país).

La duda se concentra ahora en cuántos de ese 37 % de autónomos que permanecen cerrados sobrevivirán a esta crisis o echarán el cierre definitivo. «Es difícil pronosticarlo porque influyen muchas variables», señala Granados. «Es complicado porque dependerá de si hay o no rebrote, de si la gente le ha perdido el miedo al virus y vuelve al comercio físico o apuesta por comprar on-line, de cómo se reactive el consumo, de si hay o no la suficiente confianza en la recuperación de la economía como para gastar, etcétera», relata, para añadir a la lista de incertidumbres si desde las Administraciones llegarán o no las ayudas que necesita el pequeño autónomo.

Paro por cese hasta junio

Por el momento, el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, confirmó este lunes que el Gobierno extenderá hasta el 30 de junio la prestación extraordinaria por cese de actividad para los autónomos -e incluso estudia prolongarla más allá para los sectores más afectados-, el único balón real de oxígeno que, subrayan desde ATA, han recibido hasta el momento. Y es que aunque 1,3 millones de autónomos se han acogido hasta el momento a la prestación, las organizaciones del sector reclaman más medidas de auxilio para el colectivo, so pena de que se agudice la mortalidad que el autoempleo lleva registrando en los últimos años.

En el caso de Galicia, Granados pone el foco en que un elevado número de emprendedores tiene más de 55 años, lo que puede acabar precipitando los cierres por jubilación «si no les es rentable mantener el negocio abierto en las actuales condiciones».

Dudas e incertidumbre

Desde que se declaró el estado de alarma, hace dos meses, Galicia ha perdido más autónomos que en todo el 2019. «El número de nuevas altas se contrae, mientras que el de bajas crece. Si esta tendencia se mantiene, aunque no sea con las cifras tan abultadas de los dos últimos meses, tendremos un problema grave», insiste Granados, recordando que el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social perdió en marzo más de 80.000 afiliados en España y más de 41.000 en abril, una sangría que es preciso contener.

El número de nuevas altas se contrae, mientras que el de bajas crece. Si esta tendencia se mantiene, tendremos un problema grave

ATA reclama que el Gobierno disipe las incertidumbres que «no ayudan nada» a la supervivencia de los negocios. «Estamos recibiendo muchas consultas sobre ayudas, porque después de dos meses cerrados, el colchón que tenían se ha acabado y no saben si, con las dudas sobre la reactivación del consumo, podrán sufragar los gastos», señala Granado, para añadir la preocupación por el futuro de la hostelería y el turismo en las localidades más pequeñas. «Otra consulta recurrente es si, al reabrir con restricciones, y estar cobrando la prestación por caída de la actividad, pueden facturar más que por el 25 % que declararon tener cuando la solicitaron o la perderían. Necesitamos certidumbre».