Mauro Guillén: «Muchos trabajadores que han perdido su empleo no van a volver, porque sus puestos se habrán automatizado»

Sara Cabrero
Sara Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El asesor del Foro Económico Mundial cree que esta crisis provocará que el centro económico se traslade hacia Asia más rápidamente

17 may 2020 . Actualizado a las 10:26 h.

La irrupción del coronavirus va a provocar que algunos de los cambios que la economía global venía experimentando en los últimos años pisen definitivamente el acelerador. Ese es uno de los escenarios que defiende Mauro Guillén, asesor del Foro Económico Mundial y miembro del patronato de la Fundación Princesa de Asturias. Este experto, que esta semana impartió una conferencia en IESIDE con motivo de las charlas en directo que está ofreciendo el programa Afundación en Casa, asegura que el comercio on-line y el teletrabajo han llegado para quedarse definitivamente .

-¿Qué consecuencias va a dejar el coronavirus a corto plazo?

-En los próximos meses, vamos a tener un desempleo muy elevado y una gran incertidumbre sobre en qué momento se va a producir la recuperación de la economía. Y luego vamos a ver muchos cuellos de botella. Porque si los distintos sectores de la economía van a ir abriendo a distinta velocidad, nos vamos a encontrar con muchos desequilibrios. Como consumidores, vamos a seguir empleando el canal digital y los trabajadores van a seguir en gran medida trabajando desde casa. También habrá muchas incertidumbres políticas. Sobre todo en lo que tiene que ver con las relaciones entre Estados Unidos y China, y esto no se va a resolver hasta ver qué pasa con las elecciones americanas de noviembre.

-¿Y a largo plazo?

-En primer lugar, la tendencia al teletrabajo va a seguir creciendo y eso va a tener un impacto sobre el tráfico, el transporte público o en la composición de las oficinas, que tendrán, por ejemplo, menos metros cuadrados. En segundo lugar, el comercio tradicional se va a resentir, porque vamos a seguir comprando mucho a través de Internet. Y la tercera cosa, que me parece quizás la más importante, es que a raíz de esta crisis van a surgir muchos más incentivos para la automatización, tanto para las manufacturas como en el sector servicios. Va a haber muchos trabajadores que han perdido su empleo que no van a poder volver, porque sus puestos van a ser automatizados. Si se produce otra crisis como esta, si las empresas tienen robots podrán seguir produciendo, mientras que si tienen empleados hay que enviarlos a casa.

«No debemos pensar tanto en una vacuna, sino en hallar tratamientos efectivos»

-Usted ya lleva un tiempo defendiendo que en el 2030 el mundo será completamente diferente al que conocemos hoya, ¿el covid-19 acelerará este proceso?

-Sí. Una de las cosas que yo decía que veríamos en el 2030 es una mayor automatización; y esta crisis va a aumentar los incentivos para que se produzca. Luego hay otra tendencia que va a ser clave que es la caída de la natalidad. Esto se va a acelerar porque todas las crisis provocan que la gente posponga la decisión de tener un hijo. Y luego, con el coronavirus, hay muchos países que están cerrando sus fronteras y por tanto está disminuyendo la inmigración, que era un factor que en EE.UU. y en Europa ayudaba a reequilibrar un poco la demografía. Con todo esto, el proceso de envejecimiento se va a acelerar. Otro tema importante es el crecimiento de los mercados emergentes. Este año todas las economías van a crecer menos; pero mientras que en Europa y EE.UU. se van a registrar retrocesos, en países emergentes como China o la India habrá registros positivos, aunque solo sea de un 1 %, pero es crecimiento. Económicamente, el centro de gravedad se va a seguir trasladando hacia Asia pero lo hará más rápidamente.

-¿En qué lugar deja eso a Occidente?

-Van a seguir perdiendo peso específico tanto demográfica como económicamente. Serán las partes del mundo que más afectadas van a estar por el envejecimiento. Si pensábamos que teníamos pensiones aseguradas hasta no sé qué año, ahora van a ser incluso menos años.

-En un momento como el actual, ¿es difícil mantener el equilibrio entre economía y salud?

-Esa es una falsa dicotomía. Hay que salvar vidas pero no puede ser al precio de que la economía se hunda. Entre otras cosas porque sabemos que el desempleo de larga duración provoca que aumente la mortalidad por otro tipo de causas como alcoholismo, depresión o algunas condiciones médicas. De todas formas, es imposible seguir durante más de dos o tres meses con órdenes de confinamiento. Tenemos que conseguir encontrar la manera de que los trabajadores puedan volver a su puesto de una forma escalonada que permita mantener algunas de las medidas de distanciamiento social. Y luego, creo que no deberíamos pensar tanto en una vacuna, que llegará pero va a tardar mucho, sino en que salgan tratamientos efectivos.

-¿Cómo nos va a cambiar el covid-19 a los ciudadanos?

-La gente va a buscar, básicamente, más seguridad. Y esto se va a manifestar, por ejemplo, en el trabajo. Habrá quien esté dispuesto a ganar menos pero teniendo un empleo que suponga menos riesgos o que sea más resistente a una posible recesión.