Más allá de agradecer el esfuerzo al presidente español, Pedro Sánchez, y al presidente francés, Emmanuel Macron, Alemania volvió a dar portazo a ambos planes antes de reiterar que cualquier ayuda tendrá recorrido de ida y vuelta. La canciller, Angela Merkel, solo está dispuesta a contribuir si las ayudas se conciben como préstamos, nada de subvenciones o transferencias a fondo perdido. Así que si España quiere recurrir al fondo anticrisis debería pagar un peaje. El canciller austriaco, Sebastian Kurz, fue más lejos. No solo rechaza la inyección de dinero sin plazos de devolución sino que exigió que cualquier desembolso vaya vinculado a un duro pliegue de condiciones.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, admitió la dificultad de llegar a un acuerdo sobre el modelo de financiación del fondo. El bloqueo obligó al belga a devolver la tarea a las manos de la Comisión Europea, que tendrá hasta el 6 de mayo para darle forma y ponerlo en marcha a principios de junio.