Los empresarios critican la paralización «improvisada» de la actividad económica

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN | LA VOZ

ECONOMÍA

Marta Fernández | Europa Press

La ministra de Trabajo pide disculpas por la demora en la publicación del «BOE», que atribuye a la complejidad del decreto

31 mar 2020 . Actualizado a las 07:57 h.

La decisión del Gobierno de decretar un estado de «hibernación» para la economía ha caído como un auténtico jarro de agua fría entre los empresarios. El cerrojazo provocó ayer un aluvión de reproches en las patronales, que muestran su preocupación ante una decisión que calificaron de precipitada.

Tajante fue Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, que cambió su discurso de apoyo total al Gobierno de estas últimas semanas. Tras la publicación de los dos últimos decretos en materia económica -el que limita el despido durante esta crisis sanitaria y el de la paralización de la actividad no esencial-, el jefe de la patronal no ocultó su descontento. Reprochó al Gobierno su «precipitación» al forzar un parón total de la economía, algo que a su juicio «es muy peligroso» y puede abocar a España a una «crisis muy seria». Pero sus dardos se centraron, sobre todo, en la incertidumbre generada desde la Moncloa. Garamendi aseguró que los empresarios no entendían que el domingo, a las doce menos diez de la noche, todavía no se supiera muy bien qué sectores tenían que parar y si lo debían hacer por completo: «Ahora habrá que interpretar el decreto», sentenció.

No fue el único. La patronal gallega también mostró su descontento. Según la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), las decisiones del Gobierno «amenazan con crear una crisis económica y social sin precedentes», un reproche que se reprodujo por todo el país. En el País Vasco incluso subieron un poco el tono. El presidente de Confebask calificó al Ejecutivo de Sánchez de «despropósito, amenaza y un ejemplo de incompetencia».

Trabajo entona el «mea culpa»

Por su parte, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, entonó ayer el mea culpa. Pidió disculpas por la tardanza con la que se publicó la medida en el BOE. Eso sí, ante las críticas de los empresarios, negó que tras las decisiones del Ejecutivo hubiera «improvisación»: «No acepto la crítica de improvisación. Son medidas muy complejas que nos ha llevado mucho tiempo pulir en términos jurídicos y hemos tenido que hacer un trabajo de filigrana para acertar en cuáles son las actividades mínimas indispensables».

Y adelantó que el Gobierno aprobará hoy nuevos decretos para echar un cable a algunos de los sectores más afectados por la crisis del COVID-19.