El mercado de la vivienda se paraliza por el coronavirus y anticipa un ajuste de precios

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

EUROPA PRESS

Además de frenar la venta de casas, que ya cayó un 9 % en enero, habrá impacto en el alquiler, sobre todo el turístico

17 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El sector inmobiliario se preparaba para un aterrizaje suave en el primer semestre del año. Los indicadores adelantados y su percepción del mercado llevaron a Fegein, patronal gallega del sector, a augurar una caída de las operaciones y la contención de los precios en estos primeros meses del 2020.

Y los datos han avalado su buen olfato. Según el Instituto Nacional de Estadística, la compraventa de viviendas se redujo casi un 9 % en Galicia en enero, mes en el que cambiaron de mano 1.552 casas en la comunidad.

Pero esa caída, que ya triplica de largo la registrada en el resto del país (del 2,6 % en promedio), no será nada para lo que se espera en las próximas semanas. Y es que la paralización del sector, dicen los expertos, es total.

Con las inmobiliarias cerradas, y los agentes parados, ya que no pueden concertar citas para enseñar pisos, la actividad ha quedado reducida a cero. Y esto, claro, se notará en las estadísticas.

Para Benito Iglesias, presidente de Fegein, será una caída «peor que la del 2008». Aunque algunas grandes cadenas de inmobiliarias están buscando soluciones de emergencia, promoviendo visitas virtuales y firmas telemáticas de contratos, el portavoz de las inmobiliarias gallegas es escéptico, ya que el que venden es, recuerda, un bien que los compradores quieren ver en directo antes de decidirse a cerrar un contrato, por lo que da por el hecho de que el saldo de estos días de parón será cercano a cero. En esa línea, Ferran Font, director de estudios de pisos.com, explica que, a falta de datos en España, las estadísticas de China, el primer país que sufrió la pandemia y que por tanto sirve para anticipar tendencias, muestran un desplome del 90 % de las operaciones en las 35 mayores ciudades del país.

En el caso de Galicia, en marzo del año pasado se cerraron más de 1.300 compraventas y se concedieron cerca de mil hipotecas, por lo que están en juego de «cerca de 117 millones de euros», apunta Font, que reconoce que los portales inmobiliarios como el suyo ya están notando una caída en el tráfico de usuarios. Pero tanto él como Iglesias coinciden en que el impacto real dependerá de cuánto se prolongue la crisis sanitaria y, especialmente, la medida de confinamiento que mantiene paralizada la economía. Si no va mucho más de dos o tres semanas, apunta Font, el rebote puede ser luego intenso.

Sea como sea, los expertos dan por hecho que este shock provocará un ajuste de los precios. «Sin duda, tras la crisis sanitaria habrá un impacto económico muy profundo que afectará a los precios de todos los activos. Lo que no sabemos es la gravedad de la caída. Pero no hay duda de que las operaciones que se cierren lo harán a niveles inferiores a los precios que hemos vivido en los últimos ejercicios», apunta Fernando Encinar, jefe de estudios de Idealista.

Un ajuste que también afectará al mercado del alquiler. Porque, como explica Benito Iglesias, ya hay cancelaciones masivas de reservas en pisos turísticos, tanto en marzo como en abril, por lo que no descartan que en los próximos meses se produzca el trasvase de un volumen importante de viviendas al mercado del arrendamiento residencial, lo que podría subsanar el problema de oferta de los últimos tiempos. El presidente de las inmobiliarias gallegas recuerda que muchos propietarios de estos pisos vacacionales realizaron una inversión para ponerlos en el mercado, o incluso se hipotecaron para adquirirlos, por lo que, aunque intentarán resistir, si el impacto económico es elevado y se alarga en el tiempo, no les quedará otro remedio que cambiar de canal de comercialización para mantener un flujo de ingresos.

En las plataformas inmobiliarias ya se detectaba este lunes ese trasvase de pisos destinados al alquiler turístico hacia el mercado residencial, especialmente en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, incluyendo incluso dentro de la renta el pago de consumos básicos (como luz y agua) y un servicio periódico de limpieza. En Galicia todavía no se detectan aún esos movimientos, pero sí se constatan rebajas en inmuebles de alquileres muy elevados que están empezando a ajustarse a la baja para adaptarse a un mercado paralizado ahora por el miedo.