El cierre de PSA Vigo durante ocho días arrastra a 250 empresas de toda Galicia

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

M.MORALEJO

Lituanos y polacos se van de los astilleros, Nodosa desde este martes, y los sindicatos del naval piden que cese toda actividad

17 mar 2020 . Actualizado a las 20:27 h.

La industria arrancó el lunes la jornada en Galicia en estado de contingencia, y a medida que avanzó el día los rumores de cese de la actividad se fueron extendiendo y confirmando en dos de los principales sectores productivos, como son la industria del automóvil y la construcción naval.

Los 7.000 trabajadores de la planta del grupo PSA en Vigo se incorporaron a los tres turnos, para producir con normalidad en la medida en que ello fuera posible, a pesar de que ya durante el fin de semana los sindicatos minoritarios trataron de sensibilizar a la dirección, mediante campañas en las redes sociales, del riesgo y el temor por la salud de los empleados.

La empresa se remitió al estado de alarma decretado por el Gobierno este pasado sábado, que no afecta a la industria, para seguir produciendo y evitar el desmoronamiento de la economía. No opinaban así los sindicatos, después de ver cómo Renault, Seat, Nissan o Iveco habían parado la actividad en España.

Finalmente, a primera hora de la tarde, la multinacional francesa adoptó una decisión inesperadamente drástica: cerrar todos los centros de producción de Europa para tratar de mitigar la expansión del coronavirus que también está afectando ya a su plantilla y ante la falta de suministro. La medida afecta a cerca de 140.000 empleados, 51.000 de ellos en Francia, además de los más de 7.000 de Vigo.

El grupo que preside el portugués Carlos Tavares establece un calendario de cierres escalonados, comenzando ayer mismo por las factorías de Madrid y Mulhouse (Francia). La factoría de Zaragoza cerrará hoy. El centro de producción de Vigo y el portugués de Mangualde seguirán operando hasta mañana miércoles 18, incluido.

Impacto en cadena

A partir de ese fecha ambas fábricas bajarán la persiana, lo que conllevará la inactividad de toda su red de proveedores gallegos, cerca de 120 empresas, que dan trabajo a más de 13.000 empleados. Además del avance de infectados por el virus en localizaciones próximas a las plantas, el grupo achaca la decisión a las interrupciones en el suministro de sus principales proveedores y a la caída repentina de la demanda de automóviles. La vuelta al trabajo está prevista para el 27 de marzo.

Asime, la patronal gallega del metal, no tardó en manifestar su preocupación. «La parada de PSA hasta el día 27 va a reducir en un mínimo de un 5 % la facturación anual de nuestras empresas que son proveedoras de primer y segundo nivel de componentes de automoción y fabricación de elementos de transporte», explicó su secretario general, Enrique Mallón. «Se verán afectadas directa o indirectamente aproximadamente unas 250 compañías», aseguró.

Según Asime, en el sector metal gallego, que da empleo a más de 67.000 trabajadores, esta crisis tiene especial impacto en empresas de componentes de automoción, astilleros y fabricantes de equipos, todas ellas áreas con firmas que cuentan con altos volúmenes de plantilla.

CARMELA QUEIJEIRO

En la construcción naval, la actividad se vio alterada por las asambleas de trabajadores, preocupados, especialmente aquellos que desarrollan su labor en el interior de los buques, en donde se pueden concentrar hasta 400 personas.

Fuentes del sector explicaron que ya durante el fin de semana, empleados procedentes de Lituania y Polonia manifestaron su decisión de regresar a sus respectivos países, atemorizados por la situación de España.

A mediodía, el astillero Nodosa, con base en Marín, comunicó a sus empleados el cierre temporal de las instalaciones, una medida que se podría trasladar este miércoles al resto de los constructores navales.

En el sector de la alimentación, la actividad arrancó con normalidad. Todas las plantas de procesado de Nueva Pescanova trabajan para garantizar el suministro, según ha confirmado la compañía. Lo mismo ocurre en el sector conservero y en las empresas de producción láctea y avícola.