España tendrá vía libre para inyectar dinero público en la lucha contra el coronavirus

ECONOMÍA

JOHANNA GERON

La Comisión Europea flexibiliza sus exigencias de déficit y deuda pero elude crear un Plan Marshall para los países más afectados

13 mar 2020 . Actualizado a las 14:49 h.

Se esperaba una respuesta audaz, proporcional a las dimensiones de la crisis que ha generado el coronavirus en los sistemas sanitarios y las economías, pero el esperado plan de la Comisión Europea para salir al rescate de los países europeos desbordados por su propagación se ha quedado en un paquete de apoyo de 37.000 millones de euros para los sectores más afectados, incluida una línea de liquidez de 8.000 millones de euros (a cargo del Fondo Europeo de Inversiones) con el que regar a unas 100.000 pymes, y una más que descontada flexibilización del Pacto de Estabilidad que permitirá a países como España abrir el grifo del gasto público todo lo que sea necesario para luchar contra el patógeno. Algo que el Gobierno de Sánchez ya daba por descontado en vista de las circunstancias. 

El ansiado Plan Marshall comunitario tendrá que esperar porque Bruselas no ha sido capaz de convencer a los Veintisiete de la necesidad de articular un fondo común extraordinario. Cada cancillería tendrá que apañarse con lo que tenga en la hucha. Ni más ni menos. El plan que presentó este mediodía el Ejecutivo de Ursula Von der Leyen se limita a levantar la barrera al gasto público y a agilizar las autorizaciones (en plazos de 24 horas) a las ayudas de Estado extraordinarias destinadas a los sectores más afectados como el turismo, el transporte o el comercio minorista. «Si la situación evoluciona estamos dispuestos a hacer más. Haremos todo lo que haga falta para apoyar a los ciudadanos y a las economías europeas», aseguró Von der Leyen en la rueda de prensa para tratar de infundir confianza después del descalabro bursátil que se produjo ayer en los parqués tras la comparecencia de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. El ansiado paquete de estímulos de Fráncfort no solo decepcionó a los mercados, sino que generó enorme incertidumbre en torno a la capacidad de la francesa de mantener el euro a flote con esta nueva crisis. 

«Los países tienen margen para suspender la fiscalidad a las empresas temporalmente, los pagos de IVA...Debemos hacer más. Pueden compensar perjuicios por el brote y dar liquidez a sectores como el turismo, el transporte, los hoteles o los restaurantes. Hay Estados miembro que, probablemente, necesitarán dar ayudas estatales a gran escala para alimentar la economía, países que están sufriendo una situación muy difícil como Italia», sostuvo la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. La danesa puso como ejemplo a su propio país que está compensando a quienes se ven afectados por la cancelación de eventos de más de 1.000 personas. La propuesta, sin embargo, no soluciona nada a los países con problema de hucha como España o Italia. 

Consciente del poco margen con el que cuentan, Von der Leyen se comprometió a «aprovechar todos los instrumentos de estabilidad para cubrir las espaldas a todos los Estados miembro». El vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, rechazó suspender los objetivos de duda y déficit, pero abrió la mano a hacerlo «sin dudar y en cualquier momento» en caso de que se experimente «un grave golpe económico en la eurozona». 

Mascarillas 

La polémica que suscitaron las restricciones de Alemania y Francia a la exportación de mascarillas a otros países de la UE se ha saldado con un tirón de orejas de la Comisión Europea y con los Ejecutivos de ambos países reculando. Según anunció Von der Leyen este mediodía, tanto Berlín como París adaptarán sus planes para no interrumpir el suministro dentro del mercado único, especialmente hacia aquellos países con sistemas sanitarios en situación de estrés extremo: «La Comisión está tomando las medidas necesarias para asegurar el suministro adecuado a los equipos de protección y estamos evaluando los stocks para incrementar su disponibilidad», explicó la alemana antes de instar a los países europeos a que no tomen decisiones unilaterales: «No es bueno que lo hagan, eso puede provocar un efecto dominó e impide que los equipos lleguen a los hospitales. Sería como reintroducir fronteras interiores en el momento en el que más falta hace la solidaridad entre Estados».