Empresas de toda Galicia preparan el envío al paro de miles de trabajadores

ECONOMÍA

CAPOTILLO

Negocios de hostelería, formación y fitness, los primeros en solicitar concursos

14 mar 2020 . Actualizado a las 09:37 h.

La crisis del coronavirus arrecia en Galicia y son muchos los negocios que ya están empezando a venirse abajo. Los primeros, los más débiles, con menos pulmón financiero para aguantar el envite. En ese primer eslabón se encuentran centros de formación, academias de enseñanza, establecimientos de hostelería o gimnasios, en donde la caída de ingresos ha sido drástica, y la vuelta a la actividad tiene fecha incierta. «En estos momentos tenemos planteados sobre la mesa varias consultas, bien para despidos de personal, o para expedientes de regulación de empleo temporal en negocios de formación y de alojamiento», afirma Fabian Valero, director general en Zeres Abogados, con despacho en Vigo.

El experto explica que, en el caso de las regulaciones de empleo, en principio se plantean por un período de un mes. «A partir de ahí, habrá que ver si las medidas de ayuda adoptadas son efectivas, pero muchas de estas situaciones al no haber ingresos terminarán en concursos», explica el experto en derecho laboral.

«Intentamos resistir»

Mientras las academias confían en la vuelta a la normalidad en el plazo de un mes (en un escenario optimista), el sector de la hostelería se prepara para lo peor, porque el grueso de las reservas de semana santa se han caído y no prevén ingresos a corto plazo. «Hemos suspendido masajes y tratamientos de cabina, tenemos un retén de mínimos en la recepción. Hemos mandado al personal fijo de vacaciones y a los fijos discontinuos para casa», afirma la gerente del Hotel Spa Bienestar de Moaña. «Recibimos cancelaciones a todas horas. La Semana Santa la damos por perdida. Estamos intentando resistir», explica la empresaria, que ya ha hecho consultas para plantear un ERE. «El problema es que para alegar fuerza mayor, tenemos que depender de la aprobación de Inspección de Trabajo, y la tramitación es muy larga», manifiesta preocupada.

La onda expansiva se extiende a todo tipo de negocios. Hasta al Círculo de Empresarios de Galicia-Club Financiero de Vigo, que ayer anunció a sus socios el cierre, planteará un ERE.

El comercio también sufre. «En especial los instalados en los centros cuyas gerencias han decidido cerrar, aunque el estado de alarma vacía las calles, los negocios cierran y la caída de ingresos es generalizada», afirma Alberto Rocha, socio director del despacho de abogados Proasa, que tramita también consultas para la aplicación de ajustes de empleo en el sector de la moda.

Pymes y autónomos sufren. Pero también la gran empresa. Preocupa especialmente el sector del automóvil, que mueve el 17 % del PIB en Galicia y genera miles de empleos.

Tensión en la gran industria

PSA Vigo ha tenido ya varias paradas en el taller de baterías que abastece la producción de coches eléctricos y, según confirmaron ayer fuentes sindicales, la falta de un componente procedente de China necesario para el ensamblaje de las baterías obligará a parar la producción de coches eléctricos por lo menos durante los próximos 15 días.

Fuentes de la multinacional reconocen la existencia de «tensiones logísticas» en la cadena de aprovisionamiento de componentes, aunque de momento no llega a soportar un impacto tan directo como el que sufren las plantas de Nissan y Renault en España, que ayer se vieron obligadas a parar hasta nuevo aviso.

Las tensiones logísticas que sufre PSA las están sintiendo también numerosos proveedores. La multinacional Borgwarner, que cuenta con dos centros en el área de Vigo, ya viene arrastrando el efecto de la caída de la demanda de vehículos diésel, y sufre también la falta de componentes procedentes de Asia. En las negociaciones del convenio, la dirección avanzó a los sindicatos esta semana que si siguen disminuyendo los pedidos como consecuencia del coronavirus se verían obligados a negociar un ERTE.