Unai Sordo: «Nuestra aspiración es que ningún trabajador cobre el salario mínimo»

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ANGEL MANSO

El secretario general de CC.OO. ve deseable un acuerdo para corregir la reforma laboral, pero lanza un mensaje a la CEOE: «No vamos a admitir vetos»

10 mar 2020 . Actualizado a las 11:10 h.

Unai Sordo aterrizó en A Coruña en un lunes negro para la economía mundial, que si ya no tenía suficiente con la pandemia del coronavirus se topó con el estallido de una crisis del petróleo que amaga con complicar un poco más las cosas. Pese a todos los vientos que soplan en contra, el líder de Comisiones Obreras cree que todo quedará en un episodio pasajero.

-Es evidente que estas noticias que generan incertidumbre tienen impacto económico en el corto y en el medio plazo, pero queremos hacer un llamamiento a la calma. Las autoridades sanitarias saben lo que hacen y tenemos que tratar de mandar un mensaje de tranquilidad, porque esto remitirá. Pero hay que tomar medidas para que no tenga un fuerte impacto ni en el empleo, que hasta ahora no está teniendo, ni en la actividad económica.

-Pues hay quien ya compara esta situación con el inicio de la crisis del 2008...

-No creo que tenga nada que ver. Entonces, lo que estalló fue una enorme burbuja financiera. Y aquí estamos ante una crisis sanitaria que puede generar una cierta ralentización, especialmente si hay un corte en las cadenas de suministro. Pero lo que hará será diferir decisiones de consumo. No tiene nada que ver.

-Ya hay empresas que han aplicado expedientes de regulación de empleo al no poder producir.

-Lo que hay que hacer es tratar de tomar medidas paliativas por si hubiese algún problema en las cadenas de suministro o se tuviesen que tomar medidas que repercuten en el empleo, como el cierre de colegios. Hay que habilitar medidas en materia de prestaciones por desempleo o incapacidades temporales, como se ha hecho en otras ocasiones. No creo que esto tenga que precipitar en los próximos meses una crisis ni nada que se le parezca.

-¿Están negociando con el ministerio esas medidas paliativas?

-Estamos hablando con el Gobierno de manera continuada desde la semana pasada. Pero creo que se trata de tener previstas las hipótesis de lo que pueda ocurrir y no estar anunciando medidas todos los días, porque si no acabamos generando un efecto llamada. Si todo el mundo empieza a hablar de expedientes de regulación de empleo, se está incentivando que los haya. Lo que toca es no hacer ruido.

-¿Fue un error publicar esa guía?

-Más que una guía, fue una recopilación de la legislación vigente en materia de prevención de riesgos, lo que pasa es que mucha gente no sabía que en España se puede parar la producción de una empresa si hay riesgo para la salud. Creo que ha habido cierta sobreactuación.

-¿Habla de la patronal?

-Se ha exagerado dando a entender que al Gobierno se la ha ocurrido que se puede parar la producción, cuando se está refiriendo a un artículo de la ley de prevención de riesgos laborales en vigor desde 1995. Se han sacado las cosas de quicio.

-No es la primera vez que la CEOE abre un frente contra el Gobierno, lo hizo ya con la crisis del campo. ¿Se prepara el terreno para escenificar el desacuerdo sobre la reforma laboral?

-Cuando digo que se está sobreactuando, voy por ahí. Creo que en cuestiones tan delicadas como una crisis sanitaria de este tipo, no se pueden mezclar churras con merinas. Hay que tomar las medidas adecuadas y seguir con la vida normal, hablando de reforma laboral, de pensiones, de fiscalidad...

-¿Cree que va a haber acuerdo?

-Va a ser complicado, estamos negociando y a lo largo de este mes hay que definir si es posible un acuerdo. Si no, el Gobierno tendrá que ejecutar medidas. Hay un marco de cuestiones que podrían generar consenso, porque hay empresas y empresarios que ven con simpatía que la subcontratación se regule mejor o que las peores empresas no puedan reducir los salarios a través de los convenios de empresa, porque eso genera dumpin y competencia desleal con otras compañías. Pero dependerá de cómo vea la CEOE el momento político. Nosotros creemos que sería deseable que una parte de esa corrección de la reforma laboral se hiciese por acuerdo, pero no vamos a admitir que nadie tenga derecho a veto.

-Este año les toca negociar un acuerdo para la subida salarial en los convenios colectivos. Si no hay pacto sobre la reforma laboral, ¿condicionará ese diálogo?

-Alguna vez lo ha deslizado la CEOE, pero no comparto esa visión. Me parece, además, irresponsable por su parte. Nosotros hicimos un acuerdo para la negociación colectiva después de una durísima reforma laboral, que se hizo sin diálogo social, que fue un ataque sin precedentes a los derechos de los trabajadores. Y, pese a todo, al poco tiempo firmamos un acuerdo por el empleo y la negociación colectiva (AENC), porque pensamos que era bueno para el país y la gente trabajadora. No sería comprensible que la CEOE dijese ahora que si hay derogación o corrección de la reforma laboral me enfado y dejo de respirar y no hay AENC. No sería serio y no deberían caer en la política del cuanto peor, mejor. Porque es una buena herramienta, como demuestra el incremento salarial después del último acuerdo, y no deberíamos desperdiciarla.

-Pero ustedes denunciaron que había resistencia a aplicarlo.

-Y la hay a día de hoy. También en el salario mínimo por convenio de mil euros, donde la actitud de la patronal en ciertos sectores ha sido la de no cumplir el acuerdo. Por eso se ha tenido que recurrir a una nueva subida del salario mínimo interprofesional.

-Hablan de llevar el SMI al 60 % del salario medio, ¿eso a día de hoy cuánto sería?

-A nosotros nos salen unos 1.003 euros. El itinerario de subida habrá que ir fijándolo año a año, pero con toda seguridad el SMI estará por encima de los mil euros al final de la legislatura.

-Eso ya garantizaría ese mínimo que intentaron fijar por convenio...

-Nuestra aspiración es que nadie cobre el SMI o sean muy pocos. Lo que queremos es que todo el mundo esté protegido por un convenio y que este recoja salarios superiores. Pero somos conscientes de que hay colectivos que tienen sueldos bajísimos por la precariedad, y que parte de la clase trabajadora no encuentra el refugio en el convenio, por eso necesitamos impulsar el SMI.

«Los Gobiernos creen que el mundo se regula en el ‘BOE’ y no es tan sencillo»

El bautismo del nuevo Gobierno en el terreno laboral fue la derogación del despido por absentismo.

-¿Qué cambia para el trabajador? Porque podrán echarlo igual, pagándole 33 días en lugar de 20...

-Al trabajador en España se le puede echar por cualquier causa, porque hay despido libre. No es gratuito, porque tienes que pagar una indemnización que cada vez es más pequeña, pero es libre. Le pueden despedir por bajas, por caída de producción o porque el empresario se ha levantado de mal humor. Pero hay una causa de despido objetivo que ya no existe y que se había convertido en un problema muy gordo desde la sentencia del Constitucional.

-Otro gran debate en esta legislatura será la reforma de las pensiones. ¿Qué prioridades fijan?

-Derogar la reforma del 2013, volviendo a revalorizar las pensiones con el IPC y eliminar el factor de sostenibilidad. Y, de forma paralela, tomar medidas para mejorar los ingresos de la Seguridad Social para que en un plazo razonable se equilibren los gastos e ingresos, pero no por la vía de reducir las pensiones. Todo, con el objetivo de que en esta legislatura se recupere la certidumbre de que en las próximas tres décadas va a haber pensiones públicas suficientes en nuestro país.

-La industria gallega sigue esperando soluciones de futuro, pero parece que no llegan...

-Espero que cuanto antes se apruebe el estatuto electrointensivo. Sabemos que tenemos un problema de competitividad en el precio de la energía respecto a otros países, y a la vez que ese estatuto hay que ir previendo nuevas actividades industriales, para Galicia y para el resto de España. E ir buscando el compromiso de las empresas para permanecer en nuestro territorio. Porque el estatuto es condición sine qua non, pero no suficiente. El sindicato se va a dejar la piel para que se mantenga una base industrial decisiva para el futuro.

-La foto de las marchas del 8M choca con la realidad de las empresas: apenas el 15 % de las que están obligadas han presentado un plan de igualdad. Ante eso, ¿qué se puede hacer?

-Compartiendo la idea de que cada vez más empresas tengan obligación de presentar plan de igualdad, a veces las cosas no pasan por que se pongan en la ley. Los Gobiernos creen que el mundo se regula desde el BOE y no es tan sencillo. Si tiene que haber obligación de que haya planes de igualdad en miles de empresas, hay que poner recursos. Porque hay que hacer un diagnóstico efectivo y que las medidas atiendan a la realidad de la compañía.