La misma herencia, dos facturas fiscales: 0 euros en Ribadeo, 100.000 en Vegadeo

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

CARLOS FERNANDEZ SOUSA

El de sucesiones es uno de los impuestos con más diferencias en la «jungla de impuestos» que hay en España

21 oct 2022 . Actualizado a las 20:30 h.

«Tenemos una jungla de impuestos». Así describió Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas (CGE), el mapa tributario de España, que encarece miles de euros la factura fiscal de los ciudadanos en función de la comunidad en la que residan.

Durante la presentación del informe Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2020 -el vademécum de los tributos-, tanto Pich como el presidente del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), Jesús Sanmartín, reclamaron que se aproveche la próxima revisión del sistema de financiación autonómica para «reordenar» y «armonizar» la maraña de impuestos propios y limar la brecha fiscal que existe entre las comunidades, que tiene a Cataluña y a Madrid en sus extremos. La primera como la región con los tributos más elevados (y con el mayor número de figuras impositivas propias) y la segunda, como un oasis fiscal.

Quizá el agravio comparativo más conocido sea el de sucesiones, es decir, lo que se paga por heredar según donde se viva. La factura más alta en este concepto se abona en Asturias, mientras que la rebaja del impuesto de sucesiones aprobada este año en Galicia la coloca en el extremo opuesto.

Heredar a uno o otro lado del Eo

Así, heredar a una u otra orilla del Eo puede suponer pagar más de 100.000 euros o nada, según el ejemplo que usa el REAF: el de un joven de 30 años que recibe un legado de 800.000 euros, de los que 200.000 corresponden a la vivienda del padre fallecido.

Patrimonio es otro de los impuestos que levanta ampollas y que, junto con sucesiones, Hacienda quiere armonizar para evitar el dumpin fiscal entre autonomías. Madrid lo tiene bonificado al 100 %, es decir, el contribuyente no paga ni un euro, mientras que para una fortuna de 800.000 euros en Galicia se abonarían 200 y en Aragón seis veces más, casi 1.200. Extremadura se pondría a la cabeza del tributo para patrimonios más elevados, junto con la Comunidad Valenciana, Baleares, Andalucía y Cataluña.

Las abismales diferencias se repiten también al vender una vivienda (hasta 30.000 euros de brecha en transmisiones patrimoniales) o al declarar las rentas del trabajo (en los tramos entre 20.000 y 110.000 euros, es el País Vasco donde menos se paga, y Cataluña donde más, en la horquilla entre 20.000 y 30.000 euros). El análisis del REAF confirma que este año Cataluña, La Rioja y Canarias son las autonomías que más suben el IRPF.

Los expertos han revisado los tributos propios de las comunidades que, pese a tener más de 70 en vigor, carecen de músculo recaudatorio: apenas 2.364 millones, el 2,1 % del total de ingresos autonómicos. Por ello reclaman reordenarlos y, antes de crear más, estudiar el coste-beneficio.

Respecto a las críticas a Madrid por su política de bajos impuestos, el REAF considera que «la competencia fiscal es buena», pero que no lo es «igualar por abajo». Además, no cree que el que una comunidad baje impuestos perjudique a las demás.